"La política exterior de Zapatero se ha caracterizado por invocar los derechos humanos cuando debía formular estrategias y por replegarse en las estrategias cuando, como en los actuales incidentes, debía defender los derechos humanos. Es cierto que las relaciones con Marruecos se encontraban bajo mínimos cuando Zapatero llegó a la Moncloa, pero el modelo que adoptó para mejorarlas era inviable: estabilizar el trato con Rabat por la vía de aproximarse a su posición en los principales contenciosos". En este editorial de ayer de El País están las dos claves de nuestra inane política exterior y también respecto a Marruecos.
1. Zapatero se ha llenado la boca de una nueva ética en la política exterior que vendría a ser el reverso de la de Aznar que se movía exclusivamente por cálculos. Ya saben: el petróleo que íbamos a heredar en Irak y Venezuela, algún hotelito que le regalaran en Cuba... En los ¡ya casi ocho años! de Gobierno Zapatero vemos desfilar por España los mismos dictadores que en época de Aznar: nuestro políticos les sonríen, nuestros reyes los abrazan y hasta los llaman "hermanos". Por menos, el Presidente de Alemania dimitió: dijo algo tan sensato como que en Afganistán, además de humanitarios, había intereses económicos y estratégicos. Pero aquí se va llorando Moratinos y su ética y uno se acuerda de Boadbil y las palabras de su madre...
2. Desde que llegó Zapatero, a pesar de que su partido, el socialista, y gran parte de la sociedad española han sido favorables a la independencia del Sáhara, apostó desde el primer momento por una autonomía dentro de una Dictadura, no lo olvidemos. Contentar al Dictador. Tampoco es que su defensa de nuestras ciudades africanas fuera gran cosa (a mí me da que tiene que haber una Directiva para salir cargando de Melilla y Ceuta si atacan los marroquíes...). Los marroquíes nos han amenazado con inundarnos de hachís (buena noticia), de moros (si son mujeres bienvenidas) y no sé tal vez una fatua... También nos amenaza Venezuela, nos toma el pelo Cuba... La política exterior de España consiste en hacer y decir lo que quiere escuchar el otro. Así nos va.
Sin embargo, la fotografía de ayer en la portada de El Mundo habla de las contradicciones de la sociedad española: PP, UPyD, IU, el gremio de los actores con sus insignes representantes como Toledo. ¿Qué quieren que haga España? ¿Le declaramos la guerra a Marruecos? Puede ser muy divertido: el tal Toledo o Pilar Bardem participarían a la vez en dos manifestaciones: una pro Sáhara y contra Zapatero exigiéndole que haga algo y la otra en contra de la primera diciéndole a Zapatero que ellos son antimilitaristas. Fenómeno de desdoblamiento.
Una actitud de firmeza (aunque esa palabra no funciona en el diccionario de nuestros gobernantes) de España no serviría de nada. La de Francia, sí. Pero Francia, como Zapatero, se ha sumado a las tesis marroquíes. La diferencia es que Francia suele salir ganando, mientras que a nosotros de vez en cuando nos toca un bloqueo de Melilla y Ceuta, Perejiles, etcétera. (En este contexto hay que estudiar el acercamiento de Aznar a Bush).
PD. Ayer en El Mundo había un reportaje muy interesante de Estados Unidos, Marruecos y la Marcha Verde.
PD2: Si España no hubiera tenido la desgracia de que nos gobernaran los Austrias y alguien hubiera continuado la obra de Cisneros y el Testamento de Isabel la Católica (en lugar de preocuparnos por el Imperio y los Países Bajos), no para nosotros, sino para el todo el norte de África les hubiera ido mucho mejor: tanto que ahora serían democracias avanzadas (si podemos llamar a la nuestra avanzada).
lunes, 15 de noviembre de 2010
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