martes, 26 de abril de 2011

Medios de comunicación públicos: ¿una necesidad?


Haciendo caso a los agoreros (o a los realistas), una vez que pasen las municipales no habrá para los ayuntamientos ni agua ni aire acondicionado, y los salarios llegarán tarde y mal (ya han pasado y está ocurriendo: Totana ejecuta un despido colectivo de los funcionarios del Ayuntamiento; Jesús Navarro advierte de que la Mancomunidad desaparecerá; el Gobierno de España inyecta dinero a los ayuntamientos para que paguen deudas, muchísimas de ellas de publicidad y propaganda). 
 Si de agoreros pasamos a catastrofistas, podríamos encontrarnos con la basura amontonada como si viviéramos en Nápoles (pero sin las terrazas de Perfume de Mujer de Dino Risi) y con huelgas ibéricas que, a diferencia de las japonesas, consisten en trabajar nada.
Hablamos de la situación de ayuntamientos. Pero, ¿qué ocurre con los servicios sociales que municipios, comunidades y España ofrecen? Es de suponer que continuemos con este adelgazamiento acelerado del Estado del Bienestar. Menos dinero para educación, para sanidad (en estos dos apartados Valcárcel anuncia «el hombre nuevo»), para dependencia…
Aunque estoy convencido de que no faltará dinero para periódicos municipales, televisiones autonómicas, radios públicas y cualquier otro medio de control social. Cehegín, Puerto Lumbreras, sus periódicos del Ayuntamiento, han sido condenados por insertar propaganda en periodo electoral (¿a la vuelta de la esquina un periódico en Bullas a mayor gloria de su Alcalde y su Concejalía estalinista de Desinformación?); picotear por TeleMadrid o TV3 produce efectos secundarios que ni un coctel de diazepam y prozac regado con vino dulce… En Madrid Esperanza Aguirre vive el liberalismo de una manera muy sui géneris: entre el espionaje y la censura… y en Cataluña tendrán razón los de la sociovergencia: firmaron su pacto de silencio Mas y Montilla y, de vez en cuando, una «caricia» al PP en los informativos para que no olvide que esa no es su casa.
¿Son necesarios los medios de comunicación públicos? En Cuba, sí… Y en Irán.
En un libre mercado como el español suponen una competencia desleal para la empresa privada que se encuentra en un proceso de reducción de plantilla tras un bum de periodistas insostenible (más de 2.200 periodistas despedidos entre junio de 2008 y abril de 2009). Televisiones por cable, por Internet, radios piratas, revistas escolares, blogs…
Demasiadas palabras, demasiada saliva, demasiado papel para tan poco público.
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