- En verdad no nos interesa.
- Ya me lo suponía.
- Pues eso.
- Pues eso.
Sale a la calle igual que entró en el almacén : un pitillo en la boca, barba de tres días, un parche en el trasero, preocupante calvicie con treinta años, un maletín negro, andar despreocupado, sonrisa o mueca, camiseta grasienta, el culo gordo, las manos sudorosas...
Vende ilusión. No nos interesa. Vende un rato de felicidad. No nos interesa. Regala promesas de mayo. No nos interesa. Sueña... En verdad no nos interesan los putos sueños que puedas tener. Ya me lo suponía. Recoge el pesado maletín negro y camina, sonriendo, sonrisa o mueca, a aquél que se detiene a mirar su trabajoso caminar.
Ponga una firma. Es una bonita forma de no olvidar a los nuestros, los muertos de Libia, Iraq, Bosnia... Así tendrá una calle o una plaza en Madrid. No me interesa. Pero... Dígame, ¿tendré yo también algún día una calle o un barrio entero que lleve mi nombre en Madrid o tan sólo en mi pueblo ? Otras veces : Soy un viajante, necesito dinero. No nos interesa. Les ofrezco mi cuerpo. ¡No ! Lo hago también con la boca. No nos interesa.
Sabe que María pronto cumplirá treinta y seis. Allí te esperaré. ¿Dónde ? Hazte un favor, ¡ayúdate !
¿A dónde le llevo, señor ? A cualquier bar del puerto... o mejor aún dos meses atrás. Oiga, amigo, tiene dinero. ¿Le interesa mi dinero ? No quiero su puto dinero blanco. ¡Salga de mi patera ! Me ahogaré. ¿Lee mis labios ? No me importa.
- No nos interesa.
- Es un detergente único.
- Seguro que sí... Mire, yo no lo dudo, pero no lo voy a comprar.
- Deje que le muestre.
- ¿Aún insiste ?... ¡Guardia !
I
María casi cumplió dieciséis. Hazme un favor, por favor : dame un respiro. ¿Y si lo dejáramos ? ¿Quieres decir para siempre ? Sí. Siempre te querré. Ya. ¿No tienes más que decir ? No creo. Di que me quieres. No tienes nada que darme. ¿Y si te besara los ojos de mañana ? No me interesa. Me lo suponía. Pues eso. Pues eso.
Me dejaré el pelo largo. Córtatelo al cero para que crezca con fuerza y se enraíce con la tierra. ¿Tú crees ? Lo sé. Bien.
Caminando por la Avenida de la Luz se acerca a una estación. La rubia sonríe, sonrisa estilizada, está también de paso. Costumbre extraña la suya de cerrar siempre el último bar. ¿A qué jugamos ? Jugamos a no jugar... Pensé... ¿Qué ? Que sólo pienso tonterías (Guiño a Casablanca : La escena se ilumina. As time goes by. Rick y un cigarrillo en la boca. Rick y un pitillo siempre encendido. Caladas de ensueño. Mirada húmeda y profunda. Caladas de ensueño. Labios duros y desdeñosos. Agarrando con la mano izquierda el vaso de bourbon. La mirada perdida, esperando, esperando... As time goes by...)
II
Su novia ya es sólo una niña que juega sola a las muñecas. No le interesa... No le interesa, ¡para nada !, aquel muchacho que la observa encaramado al árbol, que tiene ojos de insecto, que huele a hierba y se revuelca en el granero y aparece siempre debajo de las piedras con briznas de paja en el pelo. No me interesa - terminó por decirle -. No me interesan tus estúpidos juegos. No quiero ver tus cristales de colores, ni ver tampoco tu rata muerta. No quiero que me mires con el deseo de mil noches de amor, que aún no sé qué es el amor. No quiero que huelas a hierba y que... ¡Vete, por favor !
Avenida de la Luz. Siempre caminas por una Avenida de la Luz.
Escaparse es sencillo : apégate al televisor. El hombrecillo del culo gordo, un buen día de invierno, se puso un delantal y decidió montar un puesto de bollos y churros. A los dos días cerró. La gente pasaba y pasaba, con sus maletines negros y sus calcetines negros, todos con demasiada prisa para reparar en los churros y bollos, cocina artesanal, como decía el letrero.
III
La novia, que ahora era sólo un bombo en la barriga de su madre, le despidió con frases de esperanza : ¡Vete ! No vuelvas a mandar más cartas.
¿Un bombón ? No, por favor. ¿A qué juegas ? A juegos de azar (Tú, escritor de mierda, búscate ocupación. No debe ser divertido pasarte el día leyendo o escribiendo. Báñate un rato en nuestras piscinas llenas de orines y escupitajos. Mira a esa rubia, ¿la ves ?, pues no siempre estará tan buena. No siempre llevará un bikini naranja. Ya llegará el día, ya llegará... ¿Qué día ? El día en que se levante la falda y se la folle cualquier gordo carnicero. ¿Te has limpiado ya la sangre del cordero ? ¡No me jodas, Jaime !)
... No nos interesa... Una solución para el sida... No nos interesa... Un beso... No nos interesa... Un libro y una rosa... ¿Un libro y una rosa ? ¿Para qué coño sirven los libros y las rosas ?... Las recetas de... No nos interesa... Mi... No nos interesa editar en edición de lujo tu obra completa, demasiado comercial.
Venga, nena, desnúdate - está por decir mi culo gordo amigo, pero no lo dice ; aunque la rubia se desnuda y... ¿Jugamos a los médicos ? Yo juego a ser un perdedor. Pues te va que ni pintado el papel.
IV
¿Qué haces ? Estoy esperando mi hora. Culo gordo se ha acostado en la autopista y espera a que cualquier dominguero lo atropelle. Ha llegado su hora. Pero los coches esquivan su cuerpo, la Muerte le roza e incluso le besa la boca, pero luego se va. A nadie le interesa. Empieza a atormentarse. Y cuando me maten, ¿me dejarán tirado como aquel perro ? ¿Me dejarán muerto y con las tripas fuera ? ¿Me dejarán con la tripas fuera hasta que las moscas se posen en mí ? ¿Me dejaran lleno de moscas hasta que huela mal ? Se levanta y entonces sí, y entonces la bisabuela de su novia lo atropella y queda allí, muerto, como él predijo : lleno de moscas, oliendo mal, ya ni la muerte quiere besar su calavera. Entonces la historia se repite, pero... no nos interesa…
Ya no.
PD. En la playa de la Cabezuela (fotografía Mercedes Caparrós).
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