jueves, 30 de agosto de 2012

La televisión autonómica murciana: el brindis


Un bar de Nueva York, el 30 de junio de 1919, antes de la Prohibición
El 31 de agosto se apaga o «emitirá bajo mínimos» la televisión autonómica murciana. Tal vez queden en plantilla quince o veinte periodistas (de cerca de doscientos setenta) para trabajar en informativos, ese espacio en que los políticos cambalachean para que propaganda e información se confunda: como prueba TeleMadrid cada día y, esperemos que no, la remozada Televisión Española. Pero el objetivo de los informativos siempre fue servir de correa de transmisión de las palabras del líder, llámese Valcárcel o Kim Jong-un.

Escucho apagón y pienso en un 30 de junio de 1919, momentos antes de entrar en Estados Unidos en vigor la Ley Seca, y los gángsteres brindando porque saben que la Prohibición los volverá aún más ricos.
También con la televisión murciana unos se han vuelto ricos, y todavía se volverán más, y sin temor a una balacera entre mafiosos rivales: el Grupo de Televisión de Murcia manejó un presupuesto de 46 millones anuales desde que firmó un convenio con la Comunidad en 2006 hasta el año 2010. Ya se ha mostrado dispuesto a participar en la subasta cuando se privatice la televisión. Les tocará la lotería, con los periodistas despedidos o con un trabajo en precario y amordazados. Porque pública o privada la televisión continuará al servicio de los mismos, los de siempre: que echaban las culpas a la oposición por su fiasco con Latbus y a los telespectadores quizá por tener buen gusto y entender que la calidad no entiende de geografía.
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