viernes, 5 de octubre de 2012

Cuando Galliano descubrió el kuduro

Kuduro es un neologismo creado de la unión de "culo" y "duro". Imagino que lo leí, que no lo he soñado ni fabulado. Pero tampoco sé qué significa neologismo ni el porqué de la "k".
Desde ayer los expertos en mantener el cuerpo sano apuestan por el kuduro, siempre y cuando las contorsiones no produzcan lesiones y la música daños cerebrales irreversibles. Mejor que el pilates (y compañía) porque después de la sesión jóvenes y mayores, todavía sudados y con el meneíto en el cuerpo, pueden alternar. Un cambio de luces y de centro deportivo a discoteca: dos en uno.


Frederic Galliano Kuduro Sound System




El 9 de julio, en el segundo día de la Mar de Músicas, llega Galliano, no el diseñador, otro (aunque se puede ser modisto y tener gusto, como demuestra el recopilatorio de Karl Lagarfeld) con el espectáculo Kuduro Sound System, la propuesta más interesante de la edición dedicada a Italia, ya que la organización no pudo (o no se les ocurrió) traer a Adriano Celentano (que pronto se dejará caer por esta sección: y habrá guateque y Fontana de Trevi y chicas en vespa, aunque no sé si solo en mi cabeza). Con el kuduro de Galliano tendremos que echar en la mochila el reflex, seleccionar otras caderas que nos atraigan, otro cuerpo que rozar en menos de medio metro cuadrado (que no corra el aire entre los dos) y en una hora de concierto quemar desayuno, merienda y cena de toda la semana. Conservaremos alguna caloría del postre por si hay noche tras el meneíto del kuduro.



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