
Regresa Clint Eastwood como actor tras Gran Torino (2008) y debemos retroceder hasta 1993, En la línea de fuego, para rodar a las órdenes de otro.
Robert Lorenz no es Adrian Grunberg, pero, antes que echar las culpas de este fracaso a pesar de contar con Clint Eastwood y con Amy Adams (mi actriz favorita junto a Emma Stone) al director, debemos fijarnos en el guionista, Randy Brown (me parece que también debutante). La love storye entre Amy Adams y Justin Timberlake la meten con calzador tal vez porque piensen que el público necesita algo de amor (risible y tópica la escena del baño); el enfrentamiento entre Matthew Lillard y Clint Eastwood, ciencia contra instinto, no se acerca a Moneyballl (crítica mía aquí) y la historia del bateador y el lanzador y la bola curva... mejor ni comentarla. O los problemas de Amy con su bufete.
La vi una mañana de domingo de resaca. Y es una película dominguera, de las de Antena 3. Ni tan siquiera, como decía Carmen el otro día en relación a Amor bajo el espino blanco, se puede decir que tiene alguna escena patrocinada por Kleenex.
Algunas deudas no deberían pagarse. Como la de Clint Eastwood con Robert Lorenz.
0 comentarios:
Publicar un comentario