jueves, 10 de enero de 2013

La vida rescatada de Dionisio Ridruejo, de Jordi Gracia

En la vida rescatada de Dionisio Ridruejo Jordi Gracia rescata al político y escritor, primero falangista, después disidente del Franquismo por falangista, hasta acabar convertido en un demócrata sin apellidos: o en un demócrata burgués de izquierdas (para ponerle algún apellido).
Antes el historiador Jordi Gracia ("el mejor conocedor de la vida intelectual española durante el régimen de Franco", según Santos Julía) publicó el epistolario de Ridruejo (El valor de la disidencia).
Abre este ensayo una cita de ¿Píndaro?: "Ser veraz es el inicio de una gran virtud", quizá una máxima que defina al Dionisio Ridruejo de Jordi Gracia.


Un vencedor en nuestra Guerra Civil que solo lucha en los frentes de propaganda; que se distancia del Régimen, no por demócrata, sino por fascista; que lucha en la División Azul y, siempre tras la derrota del proyecto totalitario, inicia un viaje hacia la democracia. Largo viaje pero abriendo camino a otros disidentes. El 29 de abril lo recibe el Generalísimo. Y el 16 de octubre de ese año lo confinan en Ronda. Es el 30 de enero de 1946 cuando vuelve a reunirse con Franco, al que propone "un gobierno de diestros y prestigiosos administradores, asentar el poder en un plebiscito popular, abrir un período constituyente en la orientación que se impone en el mundo y dar a las masas populares la oportunidad de organizarse para dar vida a una situación menos sencilla y segura, pero más prometedora que la actual, teniendo en cuenta que siempre quedan los cuadros del Ejército por si llega una hora difícil". 
Dionisio Ridruejo
Este Ridruejo aún no es un demócrata y, cuando lo sea, durante años hablará un lenguaje diferente en el interior que en el exilio. Pero las revistas que alumbra o con las que colabora publican autores como Croce, Koestler, Camus, Cocteau, Greene...
En 1953, todavía joseantoniano, escribe: "una integración nacional que incluya las dos reivindicaciones que José Antonio hizo del cuadro de valores de la izquierda: la ambición intelectual -con su condición de ámbito de libertad para la inteligencia- y la pretensión a una estructura social más justa que la presente, con su subestimación de los intereses creados".
Con el tiempo, aunque aún queda, se acercará a los socialistas, como Rodolfo Llopis o a antiguos comunistas como Jorge Semprún. Pero no a los comunistas, aunque, no mucho más tarde del Contubernio de Munich, reconocerá la necesidad de su existencia. Aunque Dionisio Ridruejo pensó en una España de tres partidos: el PSOE, la democraciacristiana y el suyo: burgueses ilustrados que pudieran pactar con unos y con otros. Pero ni Gil Robles, ni Rodolfo Llopis ni él mismo vivirían (o pintarían algo) cuando un experimento parecido se produjo en la Transición (con la fuerza de centro, UCD, gracias a la ocupación de los resortes de Gobierno, no haciendo de bisagra, sino de eje).
Tras los sucesos de Madrid de 1956 en la universidad: unos pierden su cargo; otros, como Ridruejo, acaban en la cárcel con comunistas como Pradera, Tamames y Múgica. "A Ridruejo le hace mucha falta que lo lean fuera sabiendo quién ha sido hasta entonces y el que está empezado a hacerse ahora".
Proyectos editoriales, contactos con el exilio y el interior, los amigos de antes como Tovar o Laín Entralgo, los nuevos como Juan Benet o Cela. Tras el Contubernio de Munich en 1962, el exilio y los exiliados como Rodolfo Llopis, Victoria Kent, poumistas como Julián Gorkin con el que colabora en proyectos como el Congreso por la libertad de la Cultura (que fue patrocinado por la CIA para oponerse al comunismo: ¿sin saberlo o sabiéndolo la mayoría de los comunistas? Gorkin, tras el asesinato de Nin y la destrucción de su partido, probablemente lo supiera). Su Escrito en España, que Jordi Gracia considera fundamental en la literatura democrática española. Sigue con los problemas económicos y cada vez más también de salud, con reuniones de conspiradores en su casa en las que poco se avanza, llega a conocer, ¡por fin!, el futuro socialista: Felipe González, y la Revolución de los Claveles portuguesa, pero fallece unos meses antes que Franco y no conocerá la democracia restaurada. "Ha ayudado a unos cuantos españoles, a empujones de coraje y de racionalidad, a ser más libres liberándose de lo peor de sí mismos, que es la manera de librarse un poco más del propio franquismo", escribe Jordi Gracia recordando a Laín Entralgo que le dijo a Ridruejo: "Hacerte auténtico señor de ti mismo es lo que tú has hecho. Y gracias a ese ejemplar señorío sobre ti mismo has ayudado muy eficazmente a que algunos conquistáramos la propia libertad".
Este es el Dionisio Ridruejo que nos presenta Jordi Gracia en lo que es más un ensayo que una biografía.
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