domingo, 8 de septiembre de 2013

Guerra Mundial Z: un cóctel mal mezclado

Veo Guerra Mundial Z sin leer antes la famosa novela de Max Brooks y, conforme pasan los títulos de crédito, me asaltan expectativas y dudas a partes iguales: la dirige Marc Foster y no puedo pensar que, además de algún que otro plano en Más extraño que la ficción o Monster's ball, su cine me aburre; en el guión, firmado por muchos, aparece el nombre de Drew Goddard (guionista de Buffy, de Alias, de Perdidos... director y guionista de ese pequeño éxito del boca a boca, La cabaña en el bosque: crítica mía aquí); sale Mireille Enos y pienso si me la imaginaré en otro papel que no sea el de Sarah Linden en The Killing; leo también el nombre de Muse y no sé si lo suyo es una única canción o la banda sonora completa hasta que poco más adelante que la ha compuesto Marco Beltrami.
Y empieza la película.
Reconociéndole al director la capacidad de crear grandes escenas de acción, como ese comienzo en Estados Unidos y para la acción "íntima" en ese final en Escocia, las aventuras -o desventuras- de Brad Pitt y su familia me dan exactamente igual: no sufro, no me río con ellos, ni me interesan tampoco los secundarios, la sucesión de escenas de escenas de acción me aburre en un guión, que me cuentan, destroza la novela. Un guión tan aburrido que no veo por ningún lado la mano de Drew Goddard (tal vez en los aleluyas de judíos y musulmanes que atraen a los zombies) y sí la de Matthew Michael Carnahan (Leones por corderos o La sombra del reino).
¿Pensaron los productores: vamos a meter en una coctelera un director de los llamados de prestigio, una estrella de Hollywood, un guionista serio y otro para el humor, una novela de culto... lo agitamos y tenemos el éxito del verano? Si fue así, la mezcla no ha funcionado. Guerra Mundial Z tiene un acabado perfecto, de academia de cine, pero no tiene alma.
 
 
Muse - Isolated System
 


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