viernes, 6 de junio de 2014

Abdicación

“Ningún menor de 54 años ha votado la sacrosanta Constitución del 78 'que todos nos hemos dado'. Exactamente 31.972.661 ciudanos. Un 69% de la población de nuestro monárquico país (INE Jul 2013)". Tomo estos datos de Alberto Buendía. 
"La nueva generación que reclama con justicia el papel protagonista", en palabras de Juan Carlos I durante su abdicación televisada, no ha votado la Constitución que estableció la democracia en España y legitimó un Rey heredado de Franco. Un protagonismo que comienza con el voto, aunque los expertos advierten que, para permitir el referéndum, que no cabe en la Constitución, deberían reformarse tanto el Título 2 como el artículo primero de ésta.

Ni la monarquía ni la república garantizan el éxito ni una república es más democrática que una monarquía parlamentaria: en España ambas han sido sinónimo de fracaso salvo la actual, en palabras de Javier Cercas, "sus años de reinado han sido los mejores de nuestra historia moderna".
¿Es una oportunidad la abdicación del Rey o una huida? Para el periodista de El Mundo Santiago González: "si la Casa Real ha decidido que éste es el momento, ha de ser forzosamente porque considera que el camino del declive no tiene retorno" mientras que otros ven -vemos- una ocasión: "aquellos a los que tanto se les ha llenado la boca criticando la Transición tienen ahora una oportunidad de oro para enseñar a sus mayores cómo se han de hacer las cosas", escribe con una carga de ironía el filósofo Manuel Cruz en El País
La urgencia con que se va a votar la ley de abdicación, antes de quince días, pactada por PP y PSOE, con cerca de un 90% de los parlamentarios (a la espera de la rebelión de parte del socialismo) no puede hacernos olvidar que en 2012 apoyaban la monarquía el 53% de los españoles y la república el 37% cuando no hace mucho tiempo el 80% se mostraba partidario.
Esta democracia de la Transición tropezó con sus límites antes de la crisis económica y social: PP y PSOE decidieron no reformar Partidos, Justicia y Constitución y ahora su símbolo, el Rey, se encuentra en sus horas más bajas de popularidad.
Sin embargo, convendría no hacer comparaciones con la monarquía de Alfonso XIII, y no traer a la memoria ese artículo de Ortega y Gasset: "El error de Berenguer" y su archicitado final: "nosotros gente de la calle, de tres al cuarto y nada revolucionarios, quienes tenemos que decir a nuestro conciudadanos: ¡Españoles, vuestro Estado no existe! ¡Reconstruidlo! Delenda est Monarchia". Como con Adolfo Suárez tras su muerte, pronto recordaremos tan solo los servicios del Rey a España, a cuyo lado Corinna, Nóos, la caza del elefante resultan bagatelas. La Historia, como pretendía Fidel Castro hablando de sí mismo, absolverá al Rey... Pero se equivocarían PP y PSOE (y Felipe VI) si creen que pueden continuar el sistema sin renovarlo. Muchos ciudadanos quieren votar, no solo la forma del Estado, monarquía o república, sobre todo interesa el Estado del Bienestar en el conjunto de España, su blindaje,  o el modelo territorial en parte de sus comunidades autónomas. "Estos difíciles años nos han permitido hacer un balance autocrítico de nuestros errores y de nuestras limitaciones como sociedad", añadió Juan Carlos I en su discurso de abdicación. Unas palabras que deberían hacer reflexionar a PP y PSOE antes que, como antaño a los franquistas más carcas, se les conozca también a como el bunker. Porque la ciudadaniá se ha cansado de que la Troika y sus subalternos españoles decidan por ellos. Urge votar.

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