jueves, 25 de junio de 2015

A caballo regalado no le mires los dientes: la Fundación Alfami

A caballo regalado no le mires los dientes, que se dice, y más cuando por nuestra situación económica rechazar por dignidad se haya convertido en lujo.
Ciento veinticinco becas de estudio  (28.000 euros) se han concecido para estudiantes que cursan estudios de Primaria, Secundaria, Bachillerato, ciclos formativos y universitarios gracias a Alfonso López Álvarez, a quien se debe la Fundación Alfami.
Las becas tienen una particularidad, que ni a periodistas ni Ayuntamiento destacamos: se conceden tan solo a varones. Si excluyera, entre los varones, según raza u orientación sexual, quizá se ocultaría más o lo publicitaríamos pero advirtiendo que se aceptan “con la nariz tapada”.


Hay que contextualizar la España  en que el benefactor Alfonso López Álvarez dictó su testamento; una España diferente a la del Seleccionador Nacional de Fútbol Femenino, Quereda (“a ver quién hace de mujer y me pone el café") o la de Reig Plà (“el Tren de la Libertad es el tren de la muerte, del Holocausto más infame: la muerte directa y deliberada de niños inocentes no-nacidos").
No aparece en este artículo Reig Plà por casualidad. El obispo de la diócesis de Cartagena, cargo que él desempeñó, es el presidente de honor y el Alcalde de Caravaca su presidente.
¿Se reunirían quienes conforman este  patronato (que incluye además al párroco de El Salvador, al director del colegio Basilio Sáez, al director del IES San Juan de la Cruz, y a un representante de la familia del fundador), en la época en que coincidieron Domingo Aranda y Reig Pla? Cómo se sentirían  estos representantes de la comunidad educativa al escuchar al ahora ascendido o rebajado en Alcalá (donde oficia misas con la bandera franquista) vomitar su veneno sobre laicos, feministas, homosexuales...
Aún no sé si cojea del mismo pie el actual obispo, Lorca Planes, que aquel Reig Plà, pero cuanto menos debe incomodar a un alcalde progresista y a las personas que preparan a nuestros hijos no solo académicamente, también en valores, (aunque poco durase aquella asignatura de Ciudadanía), decidir quién se lleva unas becas de las que estamos muy necesitados (y más tras estos años de gobierno popular) sabiendo que, sin poder evitarlo, la mitad de los caravaqueños, las caravaqueñas, quedarán excluidas.
Solo queda trabajar para que los jóvenes españoles no necesiten benefactores para estudiar hasta donde sus capacidades y esfuerzo les permitan. 
Y, por supuesto, no ocultar ni los periodistas ni el Ayuntamiento la parte machista del testamento. Porque solo siendo conscientes de los casos en que se daba comportamientos machistas, se pueden combatir otros aún presentes: por encima de todos las desigualdad en cuanto a sueldos entre hombres y mujeres, hecho que no se explica académicamente: la mentalidad del benefactor Alfonso López Álvarez es aún la de muchos españoles.
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