martes, 3 de agosto de 2010

Titulan El Mundo y Público

Escribía ayer Santiago González en su blog acerca de un titular sin desperdicio del diario Público: "La España plural sobrevive a la histeria taurina". Escribe Santiago González: "Eso es tener claras las ideas. Nuestra pluralidad, su histeria; nuestra solidaridad, su egoismo. Es lo que pasa cuando al abrazar una ideología se abraza al mismo tiempo el lado soleado de la vida y de la historia, que se instala uno en una confortable superioridad moral. Tanto más confortable y cómoda cuando ni siquiera se trata de una ideología, que requiere alguna actividad intelectual. Se trata de ser de izquierdas por delegación de confianza en el partido gobernante".
El Mundo y Público desde su fundación tratan de atraer lectores con esa mezcla de opinión e información tan peligrosa. Ya no se conforman con eso: para Público quien no crea que la España plural sea la que ellos representan son unos histéricos. Realmente querián decir: "La España plural sobrevive a la España una, grande y libre".

El Mundo, tras la votación del Parlament, también llevaba en portada un titular que se las traía (no lo recuerdo exacto): "Ganan los animales" y debajo una fotografia de diputados catalanes.
Empeñados los dos periódicos en insultar a quienes no compartan ideología, por lo menos El Mundo todavía se permite el lujo de tener periodistas como Santiago González o Arcadi Espada.

Si quieres editorializar en el titular, mejor el camino emprendido ayer por El País: en portada una fotografía de la plaza de toros de Barcelona con apenas público. El problema es que El País se siente amenazado por Público: cada vez dedica más información al corazón (ellos tan progres lo llaman Gente) y escriben desenfadados como José María Izquierdo que imita a Losantos pero no lo hace con tanta gracia (con ninguna). Así que este domingo o sábado nos tocó que el tal José María Izquierdo (con un gran currículo , el imitador, escribiera sobre su oscuro objeto del deseos, es decir, a quien le gustaría parecerse: que no es otro que Losantos. Me recuerda a otros socialistas y su obsesión con Cospedal. ¡Tanto les cuesta reconocer, como a mí, que sus labios les ponen! En fin.
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