viernes, 24 de septiembre de 2010

Crimen globalizado

La autopista E55 atraviesa la República Checa y llega hasta Dresde: es la «ruta de la vergüenza» que recorren los camioneros alemanes y donde cientos de jóvenes pobres son esclavizadas y obligadas a prostituirse. Manifestación sangrante de que lo que el periodista Misha Glenny ha denominado McMafia: «Nosotros, simples consumidores, estamos implicados en el mundo de las mafias».

Compramos artículos falsificados en Asia, especies animales en peligro de extinción, diamantes ensangrentados que alargan guerras africanas… Nos venden ilegalidad. ¿Pero qué otra cosa pueden hacer los países pobres cuando les imponemos una liberalización del mercado pero impedimos el libre tránsito de sus trabajadores a Europa? Nuestras restrictivas leyes de inmigración, aunque los empresarios necesitaban mano de obra, han traído clandestinamente a Occidente más de medio millón de fujianeses entre 1985 y 1995. ¿Además, hasta qué punto la Política Agrícola Común es justa?
En dos mercados, sin embargo, una actitud menos hipócrita de Occidente acabaría con muchos problemas: la droga y la prostitución.
En el primer caso, Felipe González ha sido el último de los ex presidentes (los otros de la América hispana, como el mexicano Vicente Fox) que ha abogado por la despenalización. Las políticas prohibicionistas han fracasado, como ocurrió con la Ley Seca, México ya ha caído en la anarquía, el consumidor europeo lo es de un producto adulterado y el Estado deja de ingresar en impuestos millones de euros que no le sobran. Despenalización no significa que el Estado aparque las campañas sobre sus efectos nocivos como hace con el tabaco.
En cuanto a la prostitución, la confusión entre ésta y trata de blancas, y la más que probable prohibición de los anuncios de contacto en la prensa, llevará a las pocas trabajadoras del sexo libres a la clandestinidad y de ahí a la esclavitud que precisamente este 23 recordamos para erradicarla. Aunque eslóganes como «Mi vida tiene valor, mi cuerpo no tiene precio» parecen escritos por extraterrestres o el idiota de Faulkner. ¿En cuánto se tasa el pie derecho de Beckham, el culo de J. Lo…?
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