De Wayne Shorter lo primero que escuché fue un disco titulado Alegría el año 2003 en el que compartía algún tema con el pianista Brad Mehldau: en este disco intimista fusiona la música clásica y el jazz.
Maceo Parker es una máquina de bailar. Cuando lo vimos la vez anterior Harry y yo dejaba mucho del peso del concierto en su hijo: una voz mezcla de rap y soul. Pero cuando la noche se elevaba evidentemente era cuando soplaba el saxo. No sé si por la edad tiene que ir dosificándose o quería echarle una mano a su hijo, pero espero que el 6 de noviembre sea todo un mano a mano entre Maceo y Wayne.
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