Cuando le ofrecieron ser «chica Bond», Angelina Jolie respondió que lo quería era ser James Bond. Y en ello está poniendo todo su empeño sin resultados aparentes: primero fue Lara Croft, después fue Fox en Wanted y ahora una agente de
El problema de Salt (o de Angelina, si quiere estar a la altura de mitos televisivos como Jennifer Garner en Alias, Katee Sackhof, en Battlestar Galactica o, por qué no, Sarah Michelle Gellar en Buffy) es la falta de un director apropiado. Phillip Noyce no es Doug Liman ni Paul Greengrass (creadores de saga Bourne, con la que Salt tiene más de un parecido), a pesar de que dirigió a Harrison Ford como el agente Ryan.
Como Jason Bourne, Salt (¿acusada falsamente?) tiene que huir de los suyos en una trama predecible (¿puede hacer otro papel Liev Schreiber con esa cara?). Para que nos entendamos: la novela de Robert Ludlum, en manos de Paul Greengrass, se acerca a Le Carré. Mientras que Evelyn Salt, en cambio, parece salida de una página de Ludlum. Entonces, qué ofrece esta nueva película de acción. Precisamente acción: explosiones, carreras, asesinatos… ¿Quién no disfruta de Angelina acumulando cadáveres mientras devora palomitas? Si la quinta de Stallone hacía apología de los anabolizantes, lo de
0 comentarios:
Publicar un comentario