jueves, 2 de septiembre de 2010

Salt: la falta de un director que convierta a la Jolie en action hero


Cuando le ofrecieron ser «chica Bond», Angelina Jolie respondió que lo quería era ser James Bond. Y en ello está poniendo todo su empeño sin resultados aparentes: primero fue Lara Croft, después fue Fox en Wanted y ahora una agente de la CIA de nombre Evelyn Salt en una película que, a poco que tenga éxito en taquilla, promete iniciar una saga. 


El problema de Salt (o de Angelina, si quiere estar a la altura de mitos televisivos como Jennifer Garner en Alias, Katee Sackhof, en Battlestar Galactica o, por qué no, Sarah Michelle Gellar en Buffy) es la falta de un director apropiado. Phillip Noyce no es Doug Liman ni Paul Greengrass (creadores de saga Bourne, con la que Salt tiene más de un parecido), a pesar de que dirigió a Harrison Ford como el agente Ryan.
Como Jason Bourne, Salt (¿acusada falsamente?) tiene que huir de los suyos en una trama predecible (¿puede hacer otro papel Liev Schreiber con esa cara?). Para que nos entendamos: la novela de Robert Ludlum, en manos de Paul Greengrass, se acerca a Le Carré. Mientras que Evelyn Salt, en cambio, parece salida de una página de Ludlum. Entonces, qué ofrece esta nueva película de acción. Precisamente acción: explosiones, carreras, asesinatos… ¿Quién no disfruta de Angelina acumulando cadáveres mientras devora palomitas? Si la quinta de Stallone hacía apología de los anabolizantes, lo de la Jolie es un canto a la silicona. Fracasada como actriz «seria» cuando la han dirigido Winterbottom o Eastwood, con un Oscar en el bolsillo y miles de anécdotas de índole sexual que suplen la falta de carisma, como action hero se encuentra su futuro a poco que elija buenos directores (Wanted es un ejemplo).

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