miércoles, 19 de enero de 2011

Nacionalismo, islamismo y capitalismo de Estado

Estos tres "ismos" han definido parte del siglo XX y, por desgracia, lo harán en el XXI.
- Comencemos por "nacionalismo", el que nos toca más de cerca a los europeos. En España, excepto algunos como Unamuno, teníamos claro que Europa era la solución para nuestro atraso. No sólo España, los propios Tratados de carbón y acero, antecedentes de la UE, pretendían anudar tanto nuestras economías (la francesa y alemana, sobre todo) que fuera imposible una nueva guerra francoprusiana.
Pero la crisis económica, la ampliación de la Unión Europea, la afluencia masiva de musulmanes al Viejo Continente, nos han convertido en países asustadizos, más curiosamente en el norte de Europa, donde ha crecido la extrema derecha principalmente en barrios obreros. Alemania ha paralizado la construcción de Europa, Inglaterra no sabe si ser cabeza de ratón o cola de león y Francia que vive de cenizas (nada más vergonzoso que la historia francesa desde su rendición sin luchar con Alemania: Camus, alguna cantante francesita, la Moreau, Truffaut... y todo lo demás invenciones como esa Resistencia que solo se resistió cuando los alemanes huyeron). Decía el otro día la hija de Le Pen: "Rechazamos a los tecnócratas de Bruselas y el euro y pedimos recobrar nuestra identidad". Le Pen aboga por un nacionalismo de estados enanos (no otra cosa es Francia, Inglaterra, Italia, España... incluso Alemania si nos comparamos con Brasil o Turquía o India) que nos condena a la irrelevancia. Estados Unidos lo sabe y, parece, que China quiere apuntalarnos: tal vez les gusten los tríos a los chinos.
Sin embargo, Renacimiento, constitucionalismo británico, Ilustración, Revolucuión Industrial, la Carta de la ONU... todo lo han hecho los europeos. El siglo XXI será del Pacífico pero debería ser con nuestras ideas europeas: continuamos siendo el principal cooperante internacional, abolimos la pena de muerte y la tortura, tenemos las leyes más justas posibles... Europa aún puede ser protagonista si decide no encerrarse en sus murallas frente al embate de los bárbaros. Quien mejor pudo representar al final del siglo XX los valores europeos fue Nelson Mandela cuando llegó a Presidente: un sudafricano. No pasa nada, no son valores occidentales, ya son universales.
- Islamismo. Escribe la profesora de Estudios Islámicos, Luz Gómez, Decálogo de la islamofobia nacional. Artículo interesante pero que, frente a algunas estupideces propias de ignorantes, no responde a su decálogo, es decir, ¿el Islam atenta contra la dignidad de la mujer? ¿el Islam es incompatible con la democracia? ¿el Islam ha tenido Reforma e Ilustración? ¿Occidente no es superior al Islam? La profesora, que sabrá mucho más del tema que el resto de los españoles debería intentar, si puede, contestar parte de este decálogo.
Por otro lado, y como se está viendo en el Magreb, Europa (Estados Unidos fue más hábil condenando la primera al Gobierno dictatorial de Túnez) ha preferido apoyar dictadores con la excusa de que estos nos defienden del integrismo islámico. No creo que sea cierto. Tal vez a corto plazo: pero sus abusos y corrupciones a la larga multiplicarán el número de islamistas. Con las primaveras árabes y el invierno islamista, vemos cómo ha aumentado el islamismo. Pero todavía es demasiado pronto para decir si es consecuencia del colonialismo y el apoyo a los dictadores: o presente y futuro de esos países.
Dentro de nuestras fronteras, las políticas multiculturales son ridículas (a no ser que decidamos si preferimos un perrito o un quebab o una mezquita o iglesia), necesitamos integración. Pero integración significa que sin importar raza, sexo o religión tendrás las mismas posibilidades... y eso no ocurre en el país de la integración por excelencia como es Francia.
-Capitalismo de Estado o comunismo de Estado (o hasta confucionismo). Iba a titularlo capitalismo de Estado pero ayer mi amigo Nino lo definía como comunismo de Estado o hasta confucionismo y ya no sé con que "ismo" quedarme.
China está exportando su modelo (además de inversiones económicas) a África y pronto hará lo mismo con América Latina. El mundo se ha desplazado de nuevo al Pacífico. El general MacArthur propuso (con buen criterio) tirarles la bomba atómica durante la Guerra de Corea. Digo buen criterio porque supo antes que casi nadie que sería el rival del futuro para Estados Unidos. Sin embargo, los altos cargos de exteriores norteamericanos tenían una educación europea: lanzarle la bomba China hubiera traído como represalia que los rusos la lanzaran a Europa Occidental. Gracias a aquellos que torturaron, masacraron, pusieron y quitaron dictadores en América, África y Asia pero que querían Europa como se quiere a un museo, o las fotos amarillas de nuestros abuelos, nos salvamos. Pero MacArthur tenía razón: en 1949 Europa ya no contaba.
El modelo chino dudo que llegue a Europa pero me sorprenden los "intelectuales" que, desde izquierda y derecha, lo defienden como la única manera de que esos países crezcan. No recuerdo quién sacó un libro polémico en el que aseguraba que solamente las dictaduras de derechas crean una clase media que con el tiempo se convertirá en democracia, pero que tampoco importaba porque cuando fueran democracias como las nuestras; el mundo estaría dominado por multinacionales. Así que no se esforzaran mucho. Parece otra muestra de eurocentrismo (Estados Unidos tan solo es un apéndice): lo que vale para nosotros, no vale para vosotros, pobrse ignorantes.

PD. El indigenismo aleja a los americanos de la tradición ilustrada pero no supone una alternativa. Venezuela o Bolivia, si continúan por este camino, acabarán copiando el modelo chino. O el cubano que sería peor.
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