Celebraron los cineastas su noche premiando a Villaronga y su Pa negre.
Luego quedó en nada tanto la protesta contra la Ley Sinde como la deseada polémica entre Bollaín, De la Iglesia y Sinde.
Al no cruzarse navajas, y con lo aburrida que fue la ceremonia, imagino a los espectadores abandonando poco a poco el show.
Un año malo para el cine español en lo económico, aunque no en cuanto a variedad, a distintas miradas de los cineastas: cine comprometido de la pareja Bollaín-Laverty; cine cazurro y excesivo de De la Iglesia, palomitero de Rodrigo Cortés, el de francotirador de Villaronga... hasta la izquierda chic tuvo su homenaje en la figura de Maragall.
Buena cosecha, para todos los gustos.
Esperemos tener la oportunidad de ver Pa negre, en versión original; un lujo que Villaronga todavía puede hacer películas. Su productora agradeció el premio especialmente por ser una película rodada en catalán, otra de las lenguas de España. Quiso decir que la Academia es una vanguardia a la que no le importan los prejuicios del resto de españoles. Ese discurso "nosotros los intelectuales" que tanto le gusta al mundo del cine me temo que es el que aleja a los espectadores de él... Eso y la aburrida gala de Buenafuente. Con Mario CAsas de presentador descamisado la audiencia (y la fiebre) hubieran subido. Me quedo con el discurso de De la Iglesia; el de Camus y lo elegante que iba Iciar Bollaín (mucho estilo vistiendo), el director chileno Matías Bize o la actriz revelación Marina Comas
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