El 26 de marzo el presidente Zapatero se reunió con los empresarios españoles. Ellos hablaban; él asentía y tomaba notas… como suelen hacer todos los políticos con las multinacionales. Y Botín parecía “el hombre en España que lo hace todo” de la canción de Astrud.
Inmediatamente el PP reaccionó y poco faltó para que llamara a los empresarios y al Presidente: Zapatero y los 44 ladrones. Buen eslogan si no resultara indiferente para los intereses del empresariado que gobiernen socialistas o populares.
Tras la temporada de inauguraciones, que finaliza hoy con la Consejera de Sanidad y el Delegado del Gobierno y el Alcalde apurando los últimos flashes, llegarán las reuniones con festeros, deportistas, asociaciones, inmigrantes… También el político local escuchará, asentirá y tomará notas. Se juega buena parte de la campaña en que parezca que se toma el mismo interés con el vecino que se queja de los olores de su calle que Zapatero con Botín.
Lo demás, los actos de partido: se llamen sectoriales, jornadas municipales, etcétera, solo atraen a los convencidos. En tiempos de Internet todavía se necesita del contacto humano, el sentimiento gregario de pertenencia, el halago a la vanidad: doscientas o trescientas personas respirando y sudando juntas, dispuestas a aplaudir cualquier tartamudeo.
Yo esperaba algo más personalizado… no propuestas, no soy iluso. Aplicaciones, juguetitos para ordenador y móvil: la voz de una candidata como despertador por la mañana; lun candidato y su receta de tarta de manzana, el monólogo, canciones a lo Ciudadano Bob Roberts, el Juego de la Verdad; tu Kent y Barbie candidatos con sus complementos…
PD. Por lo menos Emilio Botín es feo. Solo faltaría que encima de rico fuera guapo. Su hija Ana Patricia está mejor, aunque solo sea por joven (hace un gesto extraño, lolalilo, con la mano).
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