Víspera de elecciones y los partidos recuerdan a esas familias bien avenidas casi todo el año pero con un primo que pega el portazo en mitad de la cena de Nochebuena llenando de inquietud a los abuelos.
Elegir candidato, preparar una lista que no puede contentar a todos… acaba provocando nervios, salidas de tono, dimisiones. Menos para el indomable Álvarez Cascos, estas dimisiones parecen limitadas a la llamada izquierda. Incluso proclamadas con una especie de orgullo masoquista. Añaden además que estas se deben en general al «noble» mundo de las ideas y que, en todo caso, la democracia sale fortalecida. Ni tengo claro que las disensiones no se deban a algo tan humano como las cuotas de poder ni mucho menos que favorezcan al partido.
Aunque la libertad de expresión es un derecho, el político no debe olvidar que al número cuatro, al ocho de una lista… lo votan familiares, alguna ex; los demás, al candidato o a las siglas. Cada cual, según su código, debe decidir qué hacer: en su bien o en el de su bando. Tenemos dos ejemplos en la comarca. Juan Romero en una carta anuncia su dimisión. Nadie podrá acusarlo de que de palabras (por lo menos) dañe al PSOE. Tiempo atrás Carlos Rodríguez se descartó de la lista de su partido en un tono durísimo con sus camaradas. En el supuesto de que las encuestas soplaran a favor del PSOE, su crítica podría haberse considerado hasta valiente; en este caso, ventajista. Además de cargar de munición a Nuevas Generaciones (comparen el boletín de Nueva Generaciones caravaqueña y ceheginera: adivinen qué campaña va a enlodarse). Una carta que el todavía concejal no podía ignorar que deslizaba en el bolsillo del adversario. Juan Romero y Carlos Rodríguez, dos maneras de dejarlo; de los aciertos y errores del caravaqueño podríamos hablar largo y tendido; pero a la hora del adiós ha sido más elegante que el ceheginero, quien continúa como Norma Desmond en Sunset Boulevard necesitado de atenciones.
Pensaba escribir sobre la fiebre inaugural en el Noroeste: Valcárcel, en feudo popular, y Charo Quesada, en tres socialistas. ¿Casualidad? La próxima semana…
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