Haciendo acopio de libros en Diego Marín, he visto uno del célebre (extraño para un historiador, hasta meritorio) Luis Suárez, Lo que el mundo le debe a España. Aunque no he tenido la oportunidad de echarle un vistazo, imagino que escribirá sobre los caravaqueños y su descubrimiento del fuego, el de Cehegín y la rueda, el de Moratalla y "la marcha atrás" (el más útil de todos), en la línea de los ilustrados españoles (o de Menéndez Pelayo o Balmés), que a su vez respondían a los franceses para quienes nuestra "aportación" al mundo civilizado fue la sífilis (en Nápoles compartieron prostitutas franceses y españoles y, cuando los primeros huyeron del Gran Capitán, se llevaron consigo la sífilis por toda Italia hasta Francia. Aunque leo que algunos autores datan su llegada a Europa antes de 1492).
Espero, por lo menos, que Luis Suárez reivindique para España el que pudiera ser el mayor robo del siglo XX: el cóctel Molotov.
Junto a la Ak-47, Kalashnikov, el invento más útil para la guerrilla, en el caso del cóctel Molotov, la guerrilla urbana ("y dulce guerrilla urbana en pantalones de campana"). Muchos historiadores coinciden en señalar que se debe a las tropas traidoras de Franco cuando, al comienzo de la Guerra Civil, se enfrentaron a los tanques rusos de los republicanos (otros historiadores la atribuyen a los republicanos, los menos: el tanque ruso, luego también el alemán, era muy superior al de los anglos en la II Guerra Mundial). Nacionales o republicanos, lo cierto es que se la apropiaron los resistentes finlandeses que se enfrentaron a las tropas soviéticas de Stalin y las bautizaron como Molotov (con mucha guasa y en honor al infame Comisario de Asuntos Exteriores que firmó el pacto con Ribbentrop por el que Rusia y Alemania se repartína Polonia).
¿Se conoce el nombre de quien tuvo la idea? No creo que fuera el Generalísimo, que años más tarde quería hacer combustible con coca cola: gasolina en polvo, explican en este blog. (o tal vez fueran Mortadelo y Filemón en la TIA). Pero si ya Americo Vespucio se apropió de un continente entero, ahora nos han robado "un arma cargada de futuro".
Solo esperemos que los incendiarios de Inglaterra se porten como gentlemen y le dediquen un día en su almanaque. La AK-47 poco sentido tiene en un continente donde ya no hay selva o desierto, pero si asfalto, casas, plástico, madera... una oportunidad de "palestina al cuello, gasolina y mechero" prenda el viejo continente de norte a sur (si esta vez arde París mucho mejor).
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