Con un argumento que sigue en mucho a la magistral Rebeca: desde la voz en off de la protagonista y las imágenes de una casa incendiada, donde ya nadie vivirá, y el flashback con el que comienza la historia (con un intento de suicidio) hasta el recuerdo de la primera mujer de Jef Cohalan (Robert Young): ¿sigue enamorado de ella? ¿tuvo algo que ver con su muerte?
Desde los primeros fotográmas nos encontramos con un protagonista sobre el que se ciernen las dudas: ¿es un paranoico? ¿alguien le tiende una trampa? ¿o es solo mala suerte como él asegura?
Suerte que se tropieza con Betsy Drake, quien fuera mujer de Cary Grant, enamorada sí, pero dedicada a las estadísticas: tantos accidentes extraños, le explica a Jef Cohalan, no pueden ser, de hecho, accidentes. Estadísticamente resulta imposible. ¿Entonces qué ocurre? Ella tratará de averiguarlo.
Con The second woman pasas un rato entretenido, no mucho más: con un director televisivo (James V. Kern: no he visto nada suyo), un Robert Young al que se le han pasado sus mejores años (en los 30 y también en los 40 participó en varias obras maestras, como Tres camaradas o Alarma en el expreso), una Florence Bates desaprovehada y una Betsy Drake que no tuvo una carrera que destacar (con Cary Grant, en 1948, participó en En busca de marido, de las peores comedias de él).
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