miércoles, 21 de septiembre de 2011

Indignación exhibicionista

Cory Kennedy, una pionera
Quienes escriben en periódicos que se califican de centroizquierda o izquierda hasta hace poco cuidaban de criticar (incluso indignarse) con los indignados y, desde la otra ribera del río, los de centroderecha o derecha veían en esta indignación un último encargo de Rubalcaba como Ministro de la Porra para dejar poco menos que ingobernable España cuando el PP gane las elecciones...


Para estos últimos nada (o poco) ha cambiado, entre quienes escriben en El País, por ejemplo, sí. La indignación comienza a molestarles. A un veterano como Peces-Barba: "los jóvenes indignados son en general personas de buena fe que denuncian problemas reales, pero que tienen tan alta opinión de sí mismos que no respetan el pluralismo ni otras opiniones diferentes, y que, con una soberbia desmesurada, creen que pueden partir de cero y reinventar una democracia asamblearia, sin partidos ni elecciones por sufragio universal. No creo que con esas premisas tengan ni adhesiones ni futuro. Además, el peligro del fascismo, al menos en las formas, está también presente".
Al novelista murciano Enrique Rubio, ganador del Francisco Casavella con Tania con i, en declaraciones a ABC: "el Mayo del 68 o el movimiento de los 'indignados' del 15-M no tendrán nunca un efecto profundo y duradero, porque el ego, la competitividad, la selección sexual están tan presentes en un magnate del petróleo o un tiburón de Wall Street como en la contracultura". Para su autor, "Tania con i. es como una "antítesis de los libros de Stephane Hessel, Eduardo Galeano o José Luis Sampedro, pero sin ánimo de ir contra ellos, sino de "ofrecer otro punto de vista, porque no creo en la revolución".
Incluso (¿el ego del que escriben Peces-Barba y Enrique Rubio?) dentro de los indignados un Guillermo Toledo (más Público) no quieren que lo comparen (quién querría) con Hessel porque el francés es un democratacristiano y el actor se dice "rojo".
Más interesante que Peces-Barba o Guillermo Toledo (me apetece mucho leer Tania con i), el sociólogo Enrique Gil Calvo en El País: "La ocupación del espacio público" en lo referente a la necesidad de "ser parte", de "salir en la foto", de decir "yo estoy aquí": "el común denominador de todas estas movilizaciones es la compulsiva propensión a documentarlas con testimonios gráficos: los manifestantes se dedican sobre todo a fotografiarse a sí mismos participando en la manifestación, para poder colgar en sus redes sociales las pruebas gráficas de que ellos formaban parte del happening. De este modo, la fotografía consigue hacer real lo que de otro modo parecería una participación imaginaria. Así se produce una performance: una ejecución escénica que al ocupar el espacio público logra convertir en reales a las redes virtuales. Es la forma de manifestación actual que adquiere la efervescencia colectiva de Dürkheim, a la que Jeffrey Alexander ha denominado giro performativo: la construcción de una nueva realidad social a partir de la catarsis creada por la ocupación escénica del espacio público. Lo cual exige despertar el interés unánime de los medios mediante la suspensión extraordinaria del orden cotidiano habitual, pues solo así se logra convertir en acontecimiento histórico lo que sin el refrendo mediático resultaría un acto privado y ficticio". En el artículo incluye a la JMJ y la visita de Benedicto, los indignados españoles e israelíes, los violentos londinenses, los árabes, violentos o pacíficos... todos tienen en común la necesidad de exhibir sus fotos sexis, como canta Tote King.
En definitiva, para estos autores que escriben en la mayoría en medios situados a la izquierda (aunque excepto Enrique Rubio, con canas y kilos, una izquierda grasa), la misma necesidad de "aparecer" tiene la indignada y el indignado de quien cuelga sus fotos enseñando las tetas en cualquiera de estas páginas y otras similares: Last night's party o Girls gone wild o The Cobra Snake (todas norteamericanas y creadas a finales de los 90, principios del XXI, es decir, la necesita de foto tipo polaroid y subirla en seguida a la Red ha llegado tarde).Una exageración evidente pero las nuevas tecnologías dan la oportunidad a la masa (no en sentido elitista ni peyorativo) la oportunidad de individualizarse: "eres tú en una multitud y se te ve".

PD. El interés del artículo de Gil Calvo reside en la pregunta de por qué la violencia anglosajona y no en Japón o Noruega: La ocupación del espacio público.

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