
Un cúmulo de desgracias que a los ricos ni rozan pero que se ceban en los pobres. Googleen "Pido clientes, ofrezco sonrisas", un artículo de Javier Molina para El País. Fue la respuesta vecinal la que ha salvado su carnicería (como se salvan para los pobres las cosas, con la seguridad de que el próximo revés será definitivo): sus carteles en el barrio, donde contaba su historia, y el bloguero Javier y su Periodismo de Extrarradio, dieron a conocer su historia. También agoniza el comercio caravaqueño desde hace años: los centros comerciales y la subida del IVA tan solo suponen la puntilla. Los comerciantes caravaqueños, encabezados por Antoñita Perfumería y Gabinete de Belleza, se rebelan contra esta muerte anunciada y han comenzado la campaña "Yo me quedo" en la Calle Mayor, ese desierto que antaño fuera centro de la ciudad. Exigen a las instituciones iniciativas (no palabras que se lleva el viento) y a los ciudadanos les piden que difundan la campaña... y que compren.

Frente a la explotación de muchos por unos pocos; un modelo de pueblo sostenible, hoy por ti, mañana por mí, empezando por la Calle Mayor, de acuerdo, pero continuando por el resto, que forman un mismo desierto.
La carnicera Giovanna pasó de tener una media de diez clientes a ochenta; que a nuestros comerciantes les anime su ejemplo y a nosotros el de su bario de Logroño.
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