En la puerta de mi periódico, un
cartel «Unidos por España. Homenaje a mi bandera» (para más información: www.homenajeamibandera@blogspot.com).
Una concentración este 12 de
octubre en Murcia para medirse la bandera con los que enarbolaban la catalana
la otra noche en el campo del Barça.
Horas después de
que nos convocaran a exhibir nuestro banderín —lo siento, no puedo asistir, me
pilla en Benidorm en el Funtastic Dracula Festival, pero prometo gritarle a la
primera inglesita que se me cruce «Gibraltar español»— los voluntarios de Cruz
Roja se movilizaban para que los niños de este y otros pueblos no pasen hambre,
tengan material escolar, luz y agua… Y el día anterior la Asociación contra el
Cáncer. Y toda la semana AFEMNOR,
que recuerda que a lo largo de su vida uno de cada cuatro españoles sufrirá
algún trastorno mental. Y que en el Noroeste urge una unidad siquiátrica en el
Hospital Comarcal. Pero en lugar de manifestarse este 12 de octubre para que el
Gobierno dicte leyes de interés general por encima del particular (lo que no ha
ocurrido con la Ley
del Suelo ni con la reforma de la laboral, ni con la Ley de Costas, ni…) se alienan
con su patriotismo futbolero y nos alienamos con rock, mujeres y alcohol. Y,
mientras tanto, en Cataluña cada día intentan quitarse la vida 6,5
personas de media y lo logran 1,5 (datos de 2011 de la Conselleria de
Interior de la Generalitat).
En el resto de España, nadie se ha molestado en contarlos ni en darle cabida en
la prensa: como no se nombra, fingimos que no existen.
Uno de los grupos que acuden al Funtastic: The Gories
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