El interés del historiador Hugh Thomas por España le ha llevado a la Guerra Civil, la conquista de México, Goya, Cuba ... y, en los últimos tiempos, a narrar el descubrimiento y conquista de América.
El primer tomo abarcaba el periodo comprendido entre la llegada de Colón y el viaje de Magallanes; en el segundo, las conquistas en época de Carlos V. Y prepara un tercero, la época de Felipe II hasta 1580, año en que el Rey decide que no intentará conquistar China.
Es decir, en este segundo tomo nos encontramos con las conquistas de México y Perú, Valdivia y Chile, los Alvarado, Hernando Soto en Norteamérica, los alemanes en América, De las Casas y Sepúlveda, las diferencias de carácter entre un Cortes y un Pizarro, la ventaja militar española: caballos, ballestas, mastines, acero toledano (las armas de fuego no fueron tan importantes en la primera parte de la Conquista, ni en las luchas contra los americanos ni en las propias y habituales luchas entre españoles), y, según la historiadora Inga Clendinnen, "la soberbia disciplina de los conquistadores sometidos a presión", el virrey Mendoza (que si no lo tiene merece un libro entero), Beatriz, esposa de Pedro Alvarado, primera gobernadora de Hispanoamérica...
A la vez narra las cuitas del Emperador Carlos V en España y en Europa: Comuneros, Reforma, batallas contra Francia, retiro en Yeste, educación de Felipe II. Además de las leyes de Indias y los hombres que las dictaron desde España. Hugh Thomas desmiente, como es común historiar, que a Carlos V apenas le preocupara ese otro Imperio del que le hablaba Hernán Cortés en sus maravillosas cartas (aunque tan solo fuera porque pagaba sus guerras europeas).
A la vez narra las cuitas del Emperador Carlos V en España y en Europa: Comuneros, Reforma, batallas contra Francia, retiro en Yeste, educación de Felipe II. Además de las leyes de Indias y los hombres que las dictaron desde España. Hugh Thomas desmiente, como es común historiar, que a Carlos V apenas le preocupara ese otro Imperio del que le hablaba Hernán Cortés en sus maravillosas cartas (aunque tan solo fuera porque pagaba sus guerras europeas).
Hugh Thomas no cae en el anacronismo de juzgar desde el siglo XXI hechos del XVI: no oculta las crueldades españolas (ni las de aztecas o mayas), y, aunque no las justifica, intenta explicarlas: el miedo fue el principal responsable de la matanza de Cajamarca, según el historiador británico.
Sin embargo, aunque parece correcta esta perspectiva, Hugh Thomas olvida casi totalmente la historia de los pueblos de América antes de la llegada de los españoles. Para que nos entendamos, apenas utiliza en su libro como fuente a Bernardino de Sahagún y su importantísima Historia General de las cosas de Nueva España. Y, a diferencia de John Elliott, tampoco establece los paralelismos y diferencias entre los imperios español e inglés.
Tampoco es un manual al uso: sociedad, religión, comercio...
El Imperio Español de Carlos V es una narración, no un análisis, casi exclusivamente desde el punto de vista de los españoles que llegaron al Nuevo Mundo.
Ahora estoy leyendo El sueño mexicano o el pensamiento interrumpido, del Nóbel J.M.G. Le Clézio: quizá una buena opción alternar la lectura de los dos libros. Mientras toca la espera del tercer tomo, España y China. Aunque en este segundo ya se adelanta que Alvarado afirmaba llevar un mandato para la conquista de China. Y queda Aguirre también. Y preguntas sobre la gratitud o ingratitud de la Corona con sus Conquistadores: ¿hubiera cambiado la historia de Europa si Carlos V hubiera concedio mando de sus ejércitos a Hernán Cortes?
Sin embargo, aunque parece correcta esta perspectiva, Hugh Thomas olvida casi totalmente la historia de los pueblos de América antes de la llegada de los españoles. Para que nos entendamos, apenas utiliza en su libro como fuente a Bernardino de Sahagún y su importantísima Historia General de las cosas de Nueva España. Y, a diferencia de John Elliott, tampoco establece los paralelismos y diferencias entre los imperios español e inglés.
Tampoco es un manual al uso: sociedad, religión, comercio...
El Imperio Español de Carlos V es una narración, no un análisis, casi exclusivamente desde el punto de vista de los españoles que llegaron al Nuevo Mundo.
Ahora estoy leyendo El sueño mexicano o el pensamiento interrumpido, del Nóbel J.M.G. Le Clézio: quizá una buena opción alternar la lectura de los dos libros. Mientras toca la espera del tercer tomo, España y China. Aunque en este segundo ya se adelanta que Alvarado afirmaba llevar un mandato para la conquista de China. Y queda Aguirre también. Y preguntas sobre la gratitud o ingratitud de la Corona con sus Conquistadores: ¿hubiera cambiado la historia de Europa si Carlos V hubiera concedio mando de sus ejércitos a Hernán Cortes?
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