jueves, 20 de junio de 2013

El pasado nazi de Coco Chanel (por Hal Vaughan)

Por Cecil Beaton

Iribe la dibuja como Marianne en brazos de Hitler
Atendiendo a la biografía de los años de guerra (aunque habría que matizar) que sobre Coco Chanel realiza Hal Vaughan (La guerra secreta de Coco Chanel. El pasado nazi de uno de los mitos de la alta costura) no cabe sino pensar que fue la espía menos útil de cuantas existieron pero también una persona con la habilidad de caer siempre de pie, durante la ocupación nazi, en la que le permitieron conservar su negocio, alojarse en el Ritz, pleitear con sus socios judíos para hacerse con todo el negocio de su famoso perfume (una de las historias más interesantes dentro de esta historia). Como antisemita reconocida, colaboradora horizontal y espía de la que se pretendía utilizar sus contactos con parte de la nobleza británica progermana y anticomunista, era la candidata perfecta a la depuración. Intervino Churchill y poco se supo de su plan descabellado hasta que pasaron los años. Tal vez pesó la sentencia de Malraux de que el siglo XX francés se recordaría por tres nombres: Picasso, Chanel, De Gaulle.

 Hal Vaughan narra la vida de Chanel desde su nacimiento (sus empresas, sus creaciones, sus amantes), mientras que apunta lo más importante del siglo XX europeo y, en paralelo, conocemos al barón Hans Gunter von Dincklage, agente de información alemán que fue amante y captó para los servicios secretos alemanes a la modista francesa.
Con Dincklange
Para explicar qué llevo a Chanel a convertirse en colaboracionista, Hal Vaughan se centra en tres ejes: el arribismo de ésta, el ambiente de la Francia donde nació y su educación en un orfanato religioso... y los hombres: Bendor, Duque de Westminster (favorable a un pacto con la Alemania nazi contra los comunistas); el vasco Paul Iribe, su gran amor, y el alemán von Dincklage; sobre todo los dos primeros echarían leña al fuego de su antisemitismo. 
Antisemita por amor; nazi por conservar dinero y prestigio (y por un sobrino prisionero de guerra) son las cartas con las que juega Hal Vaughan para explicar por qué hizo lo que hizo Chanel durante la guerra.

PD. Más interesante hubiera resultado otro libro: el de las andanzas de Gregory Thomas, enviado por los socios judíos de Chanel a Europa para hacerse con la fórmula y los materiales de su famoso perfume Nº5.

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