viernes, 9 de agosto de 2013

Generación Like

Parece que Facebook dudó si, junto al Me Gusta (Like), colocar un No Me Gusta. 
Lo explica la ensayista alemana Meredith Haaf en Dejad de lloriquear (publicado en español por Alpha Decay).
Facebook se olvidó del No Me Gusta y acertó porque somos una Generación Me Gusta o, al menos, poco predispuesta para el conflicto (dejamos pasar ese chiste racista o machista sin darnos por aludidos). Cierto que en la Red, cada vez más, se da un chillar propio de mercado. Pero descubres que son cuatro o cinco que gritan mucho: traumas, superioridad moral propia de un anarquismo de salón, aburrimiento, desinformación... Escribí de ello en la República de los Rumores.

Sin embargo, ni los "activistas de la Red", que están en todo y en ninguna parte, siempre exigiendo firmas, criticando al resto, poniéndose como ejemplo ni los que la visitamos con asiduidad y a veces compartimos una protesta, le damos a un Me Gusta... ninguno de nosotros realmente hace nada para cambiar el mundo o nuestra comunidad. A los sirios que se enfrentan a su Dictador en nada les va a ayudar que compartamos nuestra indignación de sofá y aire acondicionado.
Ayer en Caravaca de la Cruz una familia iba a ser desahuciada, al final la PAH paralizó el desahucio y, una vez logrado su objetivo, escuchaba a una activista bromear que dónde estaban las gambas (eran cerca de las 17:00 y ninguno de ellos había comido); otro explicaba que el resto de la tarde la reservaba para llevar al parque a sus hijos; alguno que bajó o subió (siempre me lío) de Moratalla nada más terminar su trabajo; a otro, también moratallero, lo encontré encerrado en la sucursal y antes en una fotografía de esa misma mañana en Murcia con una compañera de partido que se marcha a Colombia de cooperante; estaba una joven desahuciada de Cehegín (no sé si también su pareja) a la que otros miembros de la PAH le echaron una mano la semana anterior (hoy por mí, mañana por ti, como les agradeció la pareja a quienes les apoyaron)... Seguro que cada uno de los que se encontraban allí tiene alguna historia detrás que contar.
No todo son guerras perdidas, alguna batalla se gana, como demuestra el caso caravaqueño y en general el ejemplo de la PAH. La Red y los medios de comunicación tradicionales (aunque se nos vea como el enemigo. Interesante en The Newsroom la entrevista de McAvoy a la representante de Ocupa Wall Street) pueden amplificar un éxito. Si aquí se puede, por qué no allí. 
Pero sin los jóvenes y no tan jóvenes que se desplazaron hasta Caravaca para apoyar a sus amigos (aunque no se hubiesen visto nunca), la pareja estaría desahuciada. Sin los que ocuparon el banco como otras veces ocupan la calle. El que desde las redes sociales transmitiera lo que ocurría al instante; el que por la noche decidiera, con dedo inquisidor, qué vidas perdonar, si hubiese sido por ellos, si hubiera sido por nosotros, la pareja estaría en la calle. Algunos lo sabemos. No pretendemos engañarnos. Otros lo ignoran o fingen que lo ignoran... ¿para dormir satisfechos el sueño de los justos?

Video en el que la pareja caravaqueña sale del banco con el compromiso de éste de que si se dan unas condiciones acepta la dación en pago.

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1 comentarios:

Anónimo dijo...

derrota tras derrota, hasta la victoria final