Tras el
exitazo de El Proyecto de la Bruja de Blair en el año 1999, le perdí la
pista a uno de sus dos directores, Eduardo Sánchez, hasta que dos amigos
me recomendaron en 2011 Lovely Molly, una película en la que el
director prefiere, durante la mayor parte del metraje, insinuar antes
que mostrar. El terror al susto. Así lo hicieron en su tiempo el
productor Val Lewton (nada da más miedo que la oscuridad) y el director
Jacques Tourneur (La mujer pantera -1942; Yo anduve con un zombie). Y le
funciona, como también a James Wan el alejarse de Saw y sus secuelas
para crear Insidious y El expediente Warren.
Ambos
además comparten el acierto al elegir bandas sonoras: si James Wan
cuenta con Joseph Bishara (en las dos películas citadas y en la
continuación de
Insidious que aún no he visto); Eduardo Sánchez le
encarga a Tortoise la música para
Lovely Molly. Entregan composiciones
que uno no debe escuchar disociadas de la imagen, lo suyo no es el
formato canción, aunque en el caso de Tortoise tampoco -los pocos discos
que he escuchado- se puede calificar lo que hacen como canciones
convencionales. El género de terror calza como un guante con la música
de Tortoise y la de Bishara: ambientes aterrradores en los que el
silencio cuenta tanto, o más, que la música.
Continúa en Tímpanos y Luciérnagas de Alfonso Zaplana y Romu López.
Joseph Bishara para Insidious
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