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| Davinia Saorín |
Cuando una palabra se usa indiscriminadamente corre el riesgo de desvalorizarse. Así ha sucedido con "terrorista" que, en un momento, tuvo una gran fuerza y casi se ha convertido en objeto de chanza. Si todos somos "terroristas" nadie es un "terrorista". Ha costado, pero entre militantes del PP y cargos del PP (y otros que huyen del partido, a los que les tienta VOX) han conseguido abaratar "terrorista" motejando de tal a quien no piense como ellos.
La última, la calasparreña del PP Davinia Saorín que, al ver la repercusión de sus palabras, ha tratado de disculparse esa última parte donde compara a la mujer que aborta con una terrorista. Su partido, por desgracia, tiene una amplia experiencia, en el País Vasco y fuera de él, al haber sido objetivo prioritario de los terroristas. Sus compañeros vascos podrán contársela; seguro que muchos de ellos se habrán sentido apesadumbrados al comprobar cómo desde Murcia Davinia Saorín compara a la mujer a la que no le ha quedado más remedio que abortar con quien fríamente y a distancia estalla una bomba al paso de la Guardia Civil o ejecuta con un tiro en la nuca a un concejal de su propio partido o del PSOE delante de sus hijos cuando los lleva a la escuela.
Parte de las famosas declaraciones de Davinia Saorín
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