"Resulta más fácil reinsertar a un etarra que a un pederasta", no son palabras textuales, pero algo así dijo el padre de una de tantas niñas asesinadas en España que descubrieron que la cadena perpetua reversible de la que hablaban algunos políticos (y medios afines) del Partido Popular resultó ser una falacia.
El Ministerio de Interior lanza un plan para acabar con la dispersión de cerca de quinientos presos etarras.
La dispersión fue una medida política (no un castigo sobre castigo) pactada por PP y PSOE.
Una táctica: al etarra, alejado de la presión de otros miembros de la Banda, podía resultarle más sencillo abandonarla. Los críticos narraban esos viajes, organizados por los proetarras, donde en horas y horas de viajes eternos en autobús los familiares acababan convencidos de las tesis de ETA. Entonces, ya no era solo el hijo: apoyaban a ETA la madre, el novio, la abuela...
Como táctica se podía haber abandonado en cualquier momento. Rajoy ha decidido que sea tras la derrota de ETA aunque ésta no haya desaparecido todavía.
Tanto en El País como en El Mundo reconocen que acabar con la dispersión no significa (de momento) ningún otro beneficio.
Leamos los titulares
En El País: "Rajoy da el primer paso con los presos para acelerar el fin de ETA" y El Mundo: "El Gobierno acercará etarras que hagan cursillos cívicos". Dentro los columnistas cada uno a lo suyo: desde Losantos y su "El PP y el PSOE sólose ponen de acuerdo en que a los etarras les salga gratis matar" hasta Aizpeloa y su Rajoy da el primer paso: "lanza el mensaje de que la política antiterrorista la dirige el Gobierno".
Para beneficios carcelarios (como los que puede recibir cualquier pederasta, asesino, violador) deberán, entre otras, abandonar ETA (si esta no desaparece) y condenar la violencia. En este primer paso, a diferencia de la Vía Nanclares del PSOE, no se exige el perdón a las víctimas.
Rajoy lo que ha hecho es tratar a los etarras como un asesino cualquiera, para los que cabrá medidas de reinserción individuales pero no una amnistía general (imposible en nuestro ordenamiento jurídico) y que no tardará en pedir también PNV si ve que le reporta votos en su enfrentamiento (ahora electoral) con los proetarras.
Al Gobierno de Rajoy lo que debemos exigirle es que continúe deteniendo etarras. Según las víctimas de ETA, unos 300 asesinatos de los terroristas (el 40%) estaban sin resolver en diciembre de 2011. Toda vez que esos crímenes no hayan prescrito la obligación es meterlos a la cárcel. Ni más ni menos que cualquier otro asesino.
PD. Entiendo la frustración de las asociaciones de víctimas del terrorismo. Muchos voceros del PP (no recuerdo entre ellos al Presidente Rajoy) les prometían una política muy diferente del PSOE.
¿Cuántos votos perdería el Partido Popular de la unión entre Rosa Díez, Mayor Oreja y María San Gil? Muchísimos. Les dejo el artículo publicado esta mañana por Rosa Díez en El Mundo y su cita a Primo Levi: Sin perdón, se llama.“ No, no he perdonado a ninguno de los culpables, ni estoy dispuesto
ahora ni nunca a perdonar a ninguno, a menos que haya demostrado (en
los hechos: no de palabra, y no demasiado tarde) haber cobrado
conciencia de las culpas y los errores del fascismo [...], y que esté
decidido a condenarlo, a erradicarlo de su conciencia y de la conciencia
de los demás. En tal caso sí, un no cristiano como yo, está dispuesto a
seguir el precepto judío y cristiano de perdonar a mi enemigo; pero un
enemigo que se rectifica ha dejado de ser un enemigo”.
Tampoco yo puedo perdonar a los terroristas. Pero sin la
existencia de la cadena perpetua (no reversible) o la pena de muerte no existe
otra salida. Conviene hojeando otros periódicos además de El Mundo y El País
que continuemos teniendo claro que ETA perdió.Y nunca olvidar, como en los documentales de Iñaki Arteta o el libro Vidas rotas, dolorosísimo pero que debería estar en cualquier colegio de España, en cualquier biblioteca.
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