domingo, 28 de noviembre de 2010

En un mundo ideal el cine comercial se parecerá a Scott Pilgrim (2010)

En 1999, cuando todavía Friends no había concluido, dos británicos revolucionaron la comedia y el tradicional concepto de sitcom. Edgar Wright y Simon Pegg crearon Spaced (sólo dos temporadas, la mejor serie de veintipocos minutos de la historia: comentario mío en este post).
Años más tarde se pasaron al cine donde realizaron Zombies Party (Shaun of the dead, 2004), imprescindible para quien disfrutara de la posterior Zombieland, y Arma Fatal (Hott Fuzz, 2007), mezcla de parodia y humor negro costumbrista a lo Ealing.
En esta su tercera película, Scott Pilgrim contra el mundo, Edgar Wright se aleja de Gran Bretaña (y también de su coguionista y actor Simon Pegg) y lleva a la gran pantalla el cómic de Bryan Lee O'Malley, Scott Pilgrim, en el que el joven protagonista (interpretado por la estrella nerd Michael Cera) debe vencer a los siete ex novios de la chica de sus sueños, Ramona Flowers.
En la película Edgar Wright mezcla cómic y manga, desde videojuegos años 80 como Super Mario Bros (los enemigos derrotados se convierten en monedas que dan puntos) hasta los de lucha de última generación en los que Scott Pilgrim y su novia asiática son expertos, música indie con acné (hay una «batalla de bandas»): Frank Black, Blood Red Shoes o Broken Social Scene, entre otros… y una colección de malos divertidísimos: el enfrentamiento contra el doble de Chris Evans, contra el vegetariano, los dos hermanos, el productor interpretado por Jason Schwartzman (protagonista de la serie más cultureta de las últimas temporadas, Bored to death). Un divertimento en el que también podemos disfrutar del bueno de los hermanos Culkin, de Anna Kendrick (espectacular en Pow Pow de LCD Soundsystem), Mary Elizabeth Winstead como Ramona… y que nos deja una pequeña reflexión: «siempre alguien quiere, alguien se deja querer».
Tal vez Edgar Wright pretendiera homenajear al fallecido John Hughes (aunque la deuda es más evidente en Rumores y mentiras, otra estupenda comedia teen. Crítica mía aquí), pero en un mundo ideal el buen cine comercial del siglo XXI se parecerá antes a Scott Pilgrim que a Avatar de James Cameron y, por qué no, más que a Nolan y su Origen.

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