
Conviene tener en cuenta la advertencia de Vijay Prashad en el primer capítulo (París) de
Las naciones oscuras: una historia del Tercer Mundo: "esta parte del libro expone desde una perspectiva comprensiva con aquel proyecto la imagen que el Tercer Mundo tenía de sí mismo" y también la diferencia de punto de partida entre Primer y Segundo Mundo sostenida por Therborn que acepta: "un conflicto desigual librado como si fuera igualado redobla la desigualdad. La guerra fría fue una prolongada penalización para el socialismo".
Prashad que escribe desde una óptica socialista no ahorra los reproches al Segundo Mundo por ahogar el proyecto del Tercero, aunque la inmensa mayoría se dirigen tanto al Primer Mundo y sus políticas económicas (sobre todo en el capítulo Kingston) y las elites de los países tercermundistas (Singapur, La Meca). Aunque estos capítulos pertenecen a la última parte del libro, que lleva el expresivo título de Asesinatos.