miércoles, 6 de junio de 2012

5 consejos para sobrevivir en el autobús

1. Observar al resto de los pasajeros. Si la mitad de ellos supera los 60 años, bajarse. Aunque ninguna estadística lo dé por bueno, los autobuses con ancianos tienen más riesgo de estrellarse. Si usted es un viajante suicida, pruebe con un autobús subvencionado de esos de la Tercera Edad que van a Torrevieja o a Benidorm cada verano.

2. Parece desagradable, es desagradable... hasta huele desagradable. Olisquee al resto de los pasajeros: con disimulo, sin demasiada intensidad: no es que los pasajeros no tengamos los mismos hábitos de higiene que el resto de españoles. Pero pruebe con el calor del verano a llevar la maleta, las gallinas a la ciudad si está en una peli de Paco Martínez Soria, si va de empalme (es decir, sin dormir) desde la noche anterior, si... Olisqueen un poco, luego se arrepentirán si no lo hacen.
3. Si se sienta en los asientos de la izquierda el sol le dará por la mañana o por la tarde; si se sienta en los asientos de la derecha el sol le dará por la mañana o por la tarde. Años de pasajero y todavía no tengo claro dónde sentarme si quiero o no quiero sol. Usted es más listo: aprenderá antes.
4. Si voy de resaca me pone la cabeza como un bombo escuchar árabe y cualquier idioma asiático... Pero también inglés, francés y alemán y ruso... y no sigo. Creo que el único que soporto es cuando habla una uruguaya. Y en el trayecto Murcia-Caravaca/Caravaca-Murcia no hay muchas uruguayas (lástima). Consejo: emborráchese en casa y cuando de resaca (puede ocurrir que las voces que te martiricen la cabeza de resaca te agraden de borrachera) decida qué idiomas le desagradan y cuáles no. Como no soy el Doctor Higgins en My Fair Lady, no puedo distinguir entre acentos de pueblos de la Región de Murcia. Tengo claro que las voces de las universitarias me da igual de Bullas, cehegineras, de Mula, etcétera. Las de universitarios me rayan todas.
5. No olviden recargar el aparatito eléctrico no se queden sin batería en medio de la nada: no música, no whatsapp, no facebook... Si les apetece hacerlo divertido en el viaje también pueden probar con bolas chinas o un vibrador eléctrico (invento del doctor Joseph Mortimer Granville), al que definen en la película Hysteria como: "Un invento que no hace daño a nadie y todo el que lo prueba está contento con él". Los modernos (dicen) en el metro de Madrid hacen ganchillo (a tanto no llego).

PD. La idea era escribir un decálogo para sobrevivir en el autobús. Mi cabeza se ha fundido antes.
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