Con Tesis sobre un homicidio, me pasó lo que al crítico de El País Carlos Boyero"cuando llega su pretendidamente original desenlace me quedo con gesto de estupor".
No me causa estupor y, leyendo a Boyero, tampoco a él le causa estupor: desde Seven de David Fincher por lo menos ningún thriller que se precie rehuye la búsqueda de ese final que dé un giro a la película completa.
Aquí tenemos un Ricardo Darín espectacular como siempre (tanto que empeñece a Alberto Amman) y unos diálogos inteligentes. Pero el borrón final es tan enorme (tanto que ni me molesto en tratar de entender la película una vez visto) que me parece más interesante para quien no la haya visto, comenzar por la novela de Diego Paszkowski en que se basa.
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