sábado, 8 de agosto de 2009

Por la supresión de cualquier Ministerio o Consejería de Cultura

En España (por lo menos en la de los pequeños municipios) cualquier acto lúdico, cultural o deportivo se hace en colaboración o con el apoyo de consejerías, concejalías o fundaciones religiosas. A lo largo de la Historia, el mecenazgo ha supuesto una gran contribución al arte: el artista podía dedicar su tiempo a su obra sin preocuparse por alimentarse y alimentar a su familia. Pero, junto al favorecido por los gobernantes, existía otro artista que se movía entre el gran público y la clandestinidad, siempre con miedo a que se lanzara una fatua contra ellos y, a la vez, haciendo avanzar las ideas.


De un tiempo a esta parte, se vivía de la subvención, y del halago al político que conlleva. Quién va a criticar al poder, sea el que sea, si te alimenta. Resultaría curioso en unas jornadas sufragadas por el erario público, que el artista o el profesor discreparan de quien les paga y sale en la foto con ellos.
Ahora disminuirán las exposiciones, congresos, películas y demás formas de arte oficial, pero se hace urgente que se supriman los ministerios, consejerías y concejalías de Cultura. En una nueva sociedad no tan dirigida tal vez podamos ver auténticos frutos del arte humano (y no estas flores de plástico que nos venden como naturales). A muchos se les acaba el chollo, porque no genera interés ver año tras año a las mismas personas en los mismos sitios diciendo las mismas cosas sin olvidar dar las gracias cada tres palabras a la institución que ha hecho posible. Y, si la institución no paga, el ciudadano menos en esta gran mentira cultural.
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