viernes, 23 de julio de 2010

The Ghost Writer: el mejor Polansky en décadas


Un Ghost Writer es lo que en España se llama un negro (como el que hizo el libro de Ana Rosa Quintana), y también el último trabajo de Polanski. Con un guión de Robert Harris, la película es muy superior a todo el cine de Polanski de los 90 y del 2000, incluyendo El Pianista y La Muerte y la Doncella.

Como Paul Greengrass en The Green Zone (post aquí)  Polanski ha devuelto al cine comercial su punto de crítica a la actualidad: en las dos, Iraq. Todos los hombres del presidente, Tempestad sobre Washington y 7 días de mayo eran películas exitosas en taquilla que se mostraban críticas con la realidad circundante. Los 80 fueron interesantes por la revolución conservadora que se produjo, aunque la calidad del producto menguara respecto a los 60. El cine de los 90 en su mayoría se olvidará: se renunció a los grandes relatos por un excesivo enfoque en la forma mas que en el fondo aunque, curiosamente, el paso del tiempo tampoco ha tratado bien sus aspectos visuales: piensen en Gattaca, por ejemplo (muy importante para mí sentimentalmente pero creo que no se ha conservado demasiado bien).
Greengrass apuesta por el thriller de acción, mientras que The Ghost Writer es un thriller exclusivamente política.
Lo peor de la película de Polanski es que resulta muy previsible, no tanto como la de Greengrass, que no engaña a nadie... La diferencia entre los dos es que Greengrass mantiene la esperanza, mientras que para Polanski no hay esperanza. El Poder siempre gana (el asesinato de su madre en los campos nazis lo marcó para siempre), las conspiraciones están a la orden del día. Ésta es una constante en su obra... y en su vida (el Poder para él no tiene límites, aunque se trate de Polanski y una adolescente). Hay una escena, cuando a McGregor le quitan el pasaporte, en la que uno cree que la película se convertirá en un Proceso kafkiano. Pero no van por ahí los derroteros, aunque en cada una se adivina el odio de Polanski hacia los norteamericanos. Y como ha querido contar su propia historia (la opinión mía sobre el Caso Polanski no viene al caso en esta columna).
Los actores, por otra parte, están estupendos: Olivia Williams, sobre todo, y un muy bien dosificado Pierce Brosnan (que mejora con los años). La sorpresa es Kim Cattrall, que la recordamos de sus películas adolescentes y otros de Sexo en Nueva York.
En definitiva, un buen thriller de Polanski (el mejor del año, por encima de The Green Zone de Greengrass), aunque no alcanza cotas tan altas como El quimérico inquilino, Repulsión y La semilla del diablo.

PD.Para otro post el hablar del irremediable declive de los directores tras sus tres o cuatro primeras películas: Scorsese, Coppola, Welles, dieron lo mejor de sí mismos al principio de su carrera. Después han estado ahí porque son sobresalientes, pero sin esa voluntad que se les adivinaba de dinamitar la historia.

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