sábado, 14 de agosto de 2010

Camas separadas: Myrna Loy y William Powell en Love Crazy


En la película Cintia (1958), Sophia Loren le dice a la hija de Cary Grant que en Norteamérica los matrimonios duermen unas veces separados y otras juntos y que en Italia siempre duermen juntos.


Love Crazy (Jack Conway, 1941), otra comedia de la eficaz pareja William Powell - Myrna Loy, comienza con un aniversario que sale mal (culpa a la suegra) y los dos durmiendo en camas separadas. El Código Hays señalaba: "Es preferible que las parejas casadas duerman en camas separadas. Si es imposible evitar la cama común, no se permitirá bajo ningún concepto mostrar a la pareja en la cama al mismo tiempo.”. Así que ni una insinuación de sexo entre el matrimonio. Sin embargo, la censura era algo relativo: dependía de la habilidad del director y de la perspicacia del censor (en España Berlanga escribía muchas escenas que sabía no le habían a dejar rodar para ver si así pasaban desapercibidas otras). Tras muchas peripecias entre el matrimonio a punto de divorciarse, en la última escena William Powell disfrazado de mujer va a dormir en la misma habitación que su suegra que no sospecha quién es. En ese momento, Myrna descubre que su marido no le ha mentido, que sigue enamorado de ella, se cambia de habitación con su madre que le dice que descanse; por la mirada de Myrna sabemos que está pensando en todo menos en descansar; llama a la puerta de William quien con voz de mujer la anima a pasar. Se cierra la puerta como suele pasar en el cine de Lubistch... y a imaginar. Con un buen guionista, la pacatería de los censores daba lugar a divertimentos insospechados: Myrna se va a acostar con su marido que además va travestido de mujer. Hubiera durado cinco minutos más la película y la suegra se hubiera unido en un menage a trois.
Por lo demás, Love Crazy es una comedia divertidísima donde sobresale el personaje de Powell y los secundarios Gail Patrick, Jack Carson y los sicólogos, más chiflados que los propios pacientes (el sicoanálisis, que funciona muy bien en el género negro, en la comedia siempre es ridiculizado. Basta recordar mucho más tarde Primera Plana de Wilder aunque, al parecer, Freud se negó a concederle una entrevista cuando era reportero y de ahí el tono con el que los trata siempre en su cine).

1. Wilder - Freud, del libro de Cameron Crowe

2. Código Hays




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