viernes, 20 de agosto de 2010

El mejor periodismo veraniego son las necrológicas

La sección más interesante de El País sin duda alguna es la de obituarios (necrológicas): por desgracia por sus páginas han desfilado en pocos días: Tony Judt, Abbey Lincoln y ahora el de Carlos Hugo de Borbón. No es muy difícil que éstas sean las mejores páginas (además de las más difíciles: hacer justicia en unas líneas a toda una vida): las necrológicas conviven con Revista de Verano donde escriben ilustres como Lluís Bassets, creo que director adjunto de El País y que como José María Izquierdo han dedicado el estío a escupir su bilis contra la derecha y contra los que no piensen como ellos, los que en su opinión han traído todos los males: paro, corrupción, recortes del Estado del Bienestar, racismo, populismo. Teniendo en cuenta que el socialismo ha gobernado en España veinte años de la democracia, más que si sumamos UCD y PP, habrá que aseverar que el PSOE no ha hecho política progresista, sino la política que quería el gran capital con el mismo o mayor empeño que el PP. Pero qué podemos esperar de una democracia donde sólo pueden gobernar PSOE y PP, donde volvemos al turnismo de Cánovas y Sagasta, sólo que con menos perspicacia e inteligencia por parte de Rajoy y Zapatero.
Y del turnismo pasamos a Carlos Hugo de Borbón. Si España hubiera sido una democracia durante el reinado de Isabel II y el retorno de su hijo, los carlistas reinarían ahora en España. El pueblo español era reaccionario: nada quería de la Reina, a la que veían como una prostituta, ni de los políticos liberales, todos miembros de la oligarquía. Incluso desde una óptica catolica, las preocupaciones sociales de los carlistas fueron mayores en el siglo XIX que la de los liberales.
He sentido simpatías desde pequeño por los carlistas, no simpatías políticas, sino cimentadas en las novelas de Pío Baroja, como Zalacaín el aventurero, y en mis primeros recuerdos de periódicos donde inevitablemente aparecía una anciana navarra que se presentaba a las Elecciones Generales. Tal vez con la boina y el trabuco del antepasado.
Ornamento y Delito dedica una canción a Montejurra.




Fallece el Príncipe de los Carlistas de Santiago Belausteguioitia.
Carlos Hugo, el príncipe intrépido de Fernado García-Romanillos.
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