7.814 parados en la comarca del Noroeste, que suponen cerca del 10% de su población total, son un buen argumento para sumarse a
Durante los ocho años de Gobierno socialista los sindicatos han dado su aprobación a unas políticas sociales más propias de la caridad cristiana (es decir, de la pura demagogia) que de una auténtica redistribución de la riqueza. Con Aznar y con Zapatero se produjo el mayor crecimiento de la economía española pero, paradójicamente, las desigualdades entre ricos y pobres aumentaron.
Una reforma laboral del calado de la actual nunca debiera haberse hecho sin el refrendo de las urnas. Pero ya es tarde. El Partido Popular la critica, pero no la derogará si es que vence en las elecciones generales.
Los socialistas lo fían todo a una recuperación económica antes de 2012. Pero en la comarca del Noroeste poco cambiará: a la política antisocial socialista se le une el desprecio a la educación del Partido Popular: el campo, la fábrica, el funcionariado… Como señalaba la diputada socialista María González Veracruz, la educación fue transferida en tiempos de Aznar a las comunidades autónomas: «En la educación está la clave del progreso, es el modo de garantizar el talento y la sociedad del conocimiento».
Según el sindicato STERM, en el Noroeste el porcentaje de analfabetos funcionales es más del doble que en el resto de España. Vamos, que somos capaces de leer el Marca, entender los farfulleos de Jorge Javier y decirle amén a la economía sumergida, a los sueldos de hambre, a las prácticas caciquiles de gobernantes locales… Un día de huelga no va a limpiar los establos de Augías en que se ha convertido España.
0 comentarios:
Publicar un comentario