Joan Puigcercós demostró ayer que las políticas populistas y racistas en Cataluña no son propias de la derecha: abarcan la derecha y la izquierda hasta convertirlas en extrema. No sé si era el partido del tal Joan, sus juventudes, quienes lanzaron el lema "fóllate a la derecha".
Años se ha hablado del "oasis catalán", aunque se asemeja a una charca enlodada. No es de ahora: muchos discursos de Pujol de la Transición y de la preTransición superan a los de cualquier extremista de la Europa del Norte. Intentaron convencernos de que el suyo era un nacionalismo cultual y el vasco uno étnico, pero no se me alcanza la diferencia. Algo sí, pero no demasiado.
En menos de una semana nos encontramos a:
1. Joan Puigcercós y los andaluces y madrileños.
2. Durán y Lleida (hace no mucho el político más valorado entre los españoles) quejándose de una invasión a base de polvos (bueno el es democratacristiano y no sé si hablará de polvos) de inmigrantes.
2. La popular Alicia (creo que era Alicia) y sus contratos verduleros.
PD. Hubo un tiemp, cuando Cambó y compañía, que Cataluña podía presumir de cabeza de España. Ahora para lo único que utiliza la cabeza es para arremeter.
PD2.Borren la PD. Cataluña no podía presumir de cabeza de nada. Ni Murcia. ni España. ¿Qué es Cataluña o España? No sus políticos, por supuesto. Ni Puigcercós puede hablar en nombre de los catalanes. Ni el Papa en nombre de Dios. Con hablar en nombre de uno mismo ya es bastante.
martes, 16 de noviembre de 2010
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