lunes, 7 de febrero de 2011

Playas llenas, urnas vacías



Pocos gestos tan políticos como las playas llenas y las urnas vacías el 22 de mayo, día de las elecciones municipales y autonómicas. 

Incapaces de hallar salida a la crisis, preocupados por su propia economía más que por la de sus electores (hace unos días nos enteramos de que la Asamblea Regional se regala 200.000 euros para un retiro dorado de sus miembros), sometidos a los dictados del mercado, temerosos de aumentar la participación ciudadana o de reformar la Ley Electoral, estos políticos han devenido en casta endogámica, en familias que se alternan en el poder desde hace 30 años como en el turnismo de Cánovas y Sagasta, Aunque la palabra “familia” tenga matices aún más recientes y ominosos.
El voto en blanco, el voto excéntrico (por ejemplo, al Partido del Mutuo Apoyo Romántico, al Partido del Karma Democrático que, al parecer, defiende el tapeo y el amor libre) podría servir… Mentira, realmente no servirá para nada. Pero escuchando este fin de semana a Rajoy y Blanco, como en un montaje paralelo, y después por la noche un programa sobre poligoneras, me costaba mucho diferenciar a unos de otras: por sus palabras, por sus pensamientos… Tampoco ellas gestionarían peor los asuntos de los españoles; con decir amén a alemanes, empresarios y fotografiarse con los sindicatos es suficiente. La endogamia lleva a la degeneración biológica; y en esas estamos en política: partidos con más de cien años, con más de treinta, deberían hacerse un lifting. Al fin y al cabo no son religiones con una verdad revelada. También este fin de semana murió Daniel Bell, el que pronosticó “el fin de las ideologías”. No han desaparecido, se han transformado en logo para movilizar a unas cientos de personas detrás de una banderita y coreando una consigna. El político, entonces, sonríe satisfecho y piensa para sí lo que escribió a finales de los 70 El Zurdo para Kaka de Luxe.




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