sábado, 23 de abril de 2011

El panfleto como libro de autoayuda


Irene Lozano
"Textos cortos, combativos y contundentes plantan cara a la crisis. El superventas ¡Indignaos! es solo la punta del iceberg de un movimiento que reclama cambios urgentes". 
Publica El País un artículo titulado El retorno del panfleto, donde recoge desde el inesperado éxito del nonagenario francés Hessel (número uno en ventas en Francia y en España; en España el número 2 es Benedicto XVI: con Hessel y Ratzinger podemos darnos una idea del panorama intelectual fuera de nuestras fronteras) hasta el Reacciona de los Mayor Zaragoza, Escolar, Garzón (la hagiografía de Coixet, y en la memoria todavía el libro de Pilar Urbano, nos quedamos con la entrevista a la economista Loretta Napoleoni que también ha sacado libro sobre el Juez: "Garzón no es de izquierdas, solo de si mismo") y compañía (en este librito descubrimos el panorama dentro de nuestra llamada izquierda; a ellos les gusta "izquierda no oficial", aunque son o han sido tan cercanos al poder que produce risa que quieran "reaccionar" ahora: ¿se habrán indignado antes de reaccionar?).
En el artículo de Víctor Lenore se habla de otro libro que expone medidas políticas, en concreto veintidós: Manifiesto de economistas aterrados y otro de descarga gratuita en Traficantes.net, La crisis que viene; pero en la red hay otros como el ciberpanfleto (de "original" nombre) Miedo y asco en Madrid en la web Madrilonia.org.
Hessel
Javier Sampedro, uno de tantos -pero éste un grande- que se han necesitado para llenar algo tan pobre como el Reacciona señala en el País: "La sociedad actual nos educa para ser competitivos, productivos e innovadores. ES decir, para tratarnos a empujones". Hay un salto en la sentencia de Sampedro: ser competitivos, productores e innovadores ¿significa pisarnos unos a los otros? Pero, además, añade un actual: ¿desde la caída del Muro? ¿desde Aznar y sus FAES y Bush y su neocons? Lo tienen sencillo: "el problema es que la izquierda oficial está adormecida. La derecha domina los medios", explica Rodríguez. Y lo escribe en el periódico de la izquierda oficial, El País, si tan solo lo hubiera hecho en Público... Mejor que Sampedro, con todos mis respetos, Paco Ibáñez cantando Me lo decía mi abuelito.
El problema del Indignaos y del Reacciona es su poca chica, no en el número de páginas, sino en el contenido. Lo de Hessel y sus noventa años lo entiendo: es como aquel que presume que su perro canta ópera. "¿Pero canta bien?" "No, solo canta". Pues eso le pasa a Hessel.
El del francés vale cinco euros y el de los españoles no llega a diez. Tras dudarlo, pensé: "quince euros ni para tres cubatas..."; después de leer el francés y tan solo ojear (lo confieso) el español cambié de idea: "si hubiera comprado unas litronas, hasta pudiera haber hecho cócteles molotovs, que tiene más sentido que estos ricos que reaccionan a lo perro de Pavlov (ya saben los franceses hacen algo, nosotros...)".
Sin embargo, aunque la punta de lanza sean estos dos libros (los gratuitos en Internet a ver si tengo tiempo para leerlos), sí se han sacado un par de ensayos cortos y una colección de artículos que merecen la pena, y mucho: Algo va mal de Tony Judt (autor de Postguerra y Sobre el olvidado siglo XX), Irene Lozano y su Lecciones para el inconformista aturdido en tres horas y cuarto por un ensayista inexperto y sin papeles (ahora en El País, antes en ABC: la ensayista española con más presente y futuro) o los ensayos de Herta Müller, El rey se inclina y mata.

Existen ensayos de calidad, pero nos quedamos en lo anecdótico: un nonagenario, el star system de los que se declaran "izquierda no oficial". Manuales de autoayuda, libros de Coelho, novelas de supermercado... No hay más

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