viernes, 2 de septiembre de 2011

Diarios 1999: 27 de mayo

1.-        Esta tarde he ido a la consulta de Lola. Quiere que le enseñe lo que escribo. Pero no sé. La idea al escribir era que no saliera de mi ordenador (incluso le puse una clave para que nadie pudiera leerlo). Hay frases que pueden parecer brutales : lo son, pero también yo lo soy, aunque se oculten. Si dejo que lo lea tendré que aceptar consecuencias como no querer mirarla. Siempre que escribo (no necesariamente esta especie de diario) acabo hablando de mí o de cómo me gustaría verme. Y entonces soy cínico o romántico o un cerdo o tan duro como Bogart en Casablanca o un payaso o... Pero, por ejemplo, si casi nunca digo tacos en público y si lo que escribo es sólo mío, quiero llamar a las cosas por su nombre.

2.-        El otro día leí a Heinrich Böll, y hoy estoy terminando Moral y Política de Camus. Dos libros preciosos. Böll me puso el nudo en la garganta ; Camus las lágrimas en los ojos y las ganas de gritar. Cuántas ideas bellas y hombres honestos y comprometidos... pero también están los otros. Las ganas de llorar al leer Camus no son de impotencia, esas lágrimas no son lágrimas feas de un adulto vencido

3.             Lo tengo tan poco presente que me doy miedo.

4.-        Pienso estar todo el fin de semana comiendo pipas, helados, viendo cine, leyendo... descansando. Aunque algo tengo que estudiar. Pero soy feliz pensando que en el videoclub estará Nada en la nevera o cualquier otra comedia romántica. Entonces apagaré las luces, me acostaré en sillón y viviré otras vidas.
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