1.- Esta tarde he ido a la
consulta de Lola. Quiere que le enseñe lo que escribo. Pero no sé. La idea al
escribir era que no saliera de mi ordenador (incluso le puse una clave para que
nadie pudiera leerlo). Hay frases que pueden parecer brutales : lo son,
pero también yo lo soy, aunque se oculten. Si dejo que lo lea tendré que
aceptar consecuencias como no querer mirarla. Siempre que escribo (no
necesariamente esta especie de diario) acabo hablando de mí o de cómo me
gustaría verme. Y entonces soy cínico o romántico o un cerdo o tan duro como
Bogart en Casablanca o un payaso o... Pero, por ejemplo, si casi nunca digo
tacos en público y si lo que escribo es sólo mío, quiero llamar a las cosas por
su nombre.
2.- El otro día leí a Heinrich
Böll, y hoy estoy terminando Moral y
Política de Camus. Dos libros preciosos. Böll me puso el nudo en la
garganta ; Camus las lágrimas en los ojos y las ganas de gritar. Cuántas
ideas bellas y hombres honestos y comprometidos... pero también están los
otros. Las ganas de llorar al leer Camus no son de impotencia, esas lágrimas no
son lágrimas feas de un adulto vencido
3. Lo tengo tan
poco presente que me doy miedo.
4.- Pienso estar todo el fin de semana
comiendo pipas, helados, viendo cine, leyendo... descansando. Aunque algo tengo
que estudiar. Pero soy feliz pensando que en el videoclub estará Nada en la nevera o cualquier otra
comedia romántica. Entonces apagaré las luces, me acostaré en sillón y viviré
otras vidas.
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