1.- La idea al empezar a
escribir estos apuntes diarios fue que me ayudaran a centrarme. También coger
hábito de escritura. Y contar cualquier cosa : me gusta esta chica, voy a
votar a tal partido, qué película más buena, hice nuevos amigos, etc. Pero lo
escribo demasiado deprisa y nunca lo corrijo (seguro que está lleno de frases
sin sentido). Quizá si pensara los párrafos y me molestara en buscar el verbo
adecuado, el adjetivo preciso, estaría más orgulloso. Aunque puede ser que con
la práctica esto ocurra de un modo natural. De ser así, cuando decida releerlo
(dentro de un mes, de un año) para saber qué ha sido de mis esperanzas, de mis
miedos y de mis tonterías (seguro que con el tiempo todo se vuelve tonto),
ocurrirá que en los últimos apuntes se encuentre todo mejor expresado y más
acertado y me olvide de palabras que no dicen nada y que utilizamos de
comodín : sirven para hablar lo mismo de un helado, que de una buena nota
en un examen, un polvo salvaje o las paperas del niño.
2.- He suspendido uno de mis
tres finales (hay que relativizar eso de tres finales porque realmente son el
segundo parcial de mis tres finales) : sólo un cuatro en el examen de
reporterismo. Fue el último que hice y el peor de los tres. Pero tenía
esperanzas de aprobarlo. Curiosamente, la parte práctica (que vale 6 puntos) ha
sido la que peor me ha salido. El problema, a parte del aburrimiento, es la
soberbia con la que de vez en cuando me permito ir por la vida. Incluso es
posible que si no fuera por la soberbia estos exámenes me hubieran salido
mejor. Porque sin soberbia los hubiera visto difíciles (y la dificultad puede
ser interesante) habría sido algo personal el intentar hacerlos bien y el
aburrimiento se hubiera marchado. No sé si me expreso claro, porque vuelvo a
decir mucho. En definitiva : si no pensara antes de hacer algo que eso ya
está visto y superado, me centraría más y obtendría mejores resultados. El
profesor me ha acusado de amarillismo y de hacer el examen para lucirme, y creo
que (con un poco de discrepancias respecto a la nota) tiene razón.
4.- Frivolidad. Desearía ser muy
frívolo. Enamoriscarme de ésta y de la otra y tontear con todas. Hablar
vanamente y hacer comentarios excéntricos y muy a la moda. No sufrir por las
guerras ni sentirme mal cuando veo un mendigo pidiendo en la calle o a mi amiga
Verónica que me escribe que no se acuesta antes de las cuatro para estudiar
más. ¡Ah, la frivolidad : un estado ideal !
5.- Cristina me ha escrito este
fin de semana. Una carta muy cariñosa. La leo y la imagino hablándome mientras
se ríe, me coge las manos, juguetea con cualquier cosa de la mesa... y luego se
va llevándose la risa, los juegos... la vida.
6.- En clase he empezado a hacer un trabajo
con dos compañeras (ninguno de los tres teníamos grupo porque no fuimos el
viernes). No hemos hablado demasiado (tampoco sobre el trabajo), pero no está
mal. Además, le he comentado a la delegada y luego a varios compañeros lo que
me había dicho el profesor de Estructuras sobre el trabajo. La delegada es
guapa y alta y tiene unos ojos inteligentes y vivaces, y desde que la pisé sin
querer le tengo un poco de miedo.
0 comentarios:
Publicar un comentario