martes, 6 de septiembre de 2011

Diarios 1999: 31 de mayo

 1.-        La idea al empezar a escribir estos apuntes diarios fue que me ayudaran a centrarme. También coger hábito de escritura. Y contar cualquier cosa : me gusta esta chica, voy a votar a tal partido, qué película más buena, hice nuevos amigos, etc. Pero lo escribo demasiado deprisa y nunca lo corrijo (seguro que está lleno de frases sin sentido). Quizá si pensara los párrafos y me molestara en buscar el verbo adecuado, el adjetivo preciso, estaría más orgulloso. Aunque puede ser que con la práctica esto ocurra de un modo natural. De ser así, cuando decida releerlo (dentro de un mes, de un año) para saber qué ha sido de mis esperanzas, de mis miedos y de mis tonterías (seguro que con el tiempo todo se vuelve tonto), ocurrirá que en los últimos apuntes se encuentre todo mejor expresado y más acertado y me olvide de palabras que no dicen nada y que utilizamos de comodín : sirven para hablar lo mismo de un helado, que de una buena nota en un examen, un polvo salvaje o las paperas del niño.

2.-        He suspendido uno de mis tres finales (hay que relativizar eso de tres finales porque realmente son el segundo parcial de mis tres finales) : sólo un cuatro en el examen de reporterismo. Fue el último que hice y el peor de los tres. Pero tenía esperanzas de aprobarlo. Curiosamente, la parte práctica (que vale 6 puntos) ha sido la que peor me ha salido. El problema, a parte del aburrimiento, es la soberbia con la que de vez en cuando me permito ir por la vida. Incluso es posible que si no fuera por la soberbia estos exámenes me hubieran salido mejor. Porque sin soberbia los hubiera visto difíciles (y la dificultad puede ser interesante) habría sido algo personal el intentar hacerlos bien y el aburrimiento se hubiera marchado. No sé si me expreso claro, porque vuelvo a decir mucho. En definitiva : si no pensara antes de hacer algo que eso ya está visto y superado, me centraría más y obtendría mejores resultados. El profesor me ha acusado de amarillismo y de hacer el examen para lucirme, y creo que (con un poco de discrepancias respecto a la nota) tiene razón.

4.-        Frivolidad. Desearía ser muy frívolo. Enamoriscarme de ésta y de la otra y tontear con todas. Hablar vanamente y hacer comentarios excéntricos y muy a la moda. No sufrir por las guerras ni sentirme mal cuando veo un mendigo pidiendo en la calle o a mi amiga Verónica que me escribe que no se acuesta antes de las cuatro para estudiar más. ¡Ah, la frivolidad : un estado ideal !

5.-        Cristina me ha escrito este fin de semana. Una carta muy cariñosa. La leo y la imagino hablándome mientras se ríe, me coge las manos, juguetea con cualquier cosa de la mesa... y luego se va llevándose la risa, los juegos... la vida.

6.-        En clase he empezado a hacer un trabajo con dos compañeras (ninguno de los tres teníamos grupo porque no fuimos el viernes). No hemos hablado demasiado (tampoco sobre el trabajo), pero no está mal. Además, le he comentado a la delegada y luego a varios compañeros lo que me había dicho el profesor de Estructuras sobre el trabajo. La delegada es guapa y alta y tiene unos ojos inteligentes y vivaces, y desde que la pisé sin querer le tengo un poco de miedo.
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