sábado, 28 de enero de 2012

Juicio a Kissinger: "un académico mediocre y oportunista elevado al rango de potentado internacional"

Christopher Hitchens
Christopher Hitchens publicó en 2001 Juicio a Kissinger en plena euforia del intento de enjuiciar al dictador chileno Pinochet. "La información que contiene este libro no es "nueva" para la gente de Timor Oriental y Chipre, Bangladesh, Laos y Camboya, cuyas sociedades fueron arrasadas por gobernantes depravados. Tampoco es "nueva" para los familiares de los torturados, desaparecidos y asesinados en Chile. Pero sería nueva para quien confiase en la información de ABC News".


Para Hitchens, a Kissinger se le podría acusar por cualquiera de estas leyes: Ley Internacional de Derechos Humanos, Ley del Conflicto Armado, la Ley Penal Internacional o la Ley Penal y la Ley de Recursos Civiles en casos que a través de la documentación hecha pública por en Congreso, el FBI, la CIA (aunque Kissinger cedió sus papeles durante el mandato de Nixon a condición de que no se publicaran hasta su muerte; mientras continúa publicando libros -este mismo año en España ha salido uno sobre China- y sobreviviendo tanto al resto de verdugos como a las víctimas, por lo que al final su visión será la que quede: Timor Oriental no aparece en el tercer y último tomo de sus memorias: Years of renewal): "1. La deliberada matanza de poblaciones civiles en Indochina. 2. La deliberada connivencia en matanzas, y más tarde, en asesinato en Bangladesh. 3. El soborno personal y el plan de asesinar a un alto funcionario constitucional de un país democrático -Chile- con el que Estados Unidos no estaba en guerra. 4. La participación personal en un plan para asesinar al jefe del Estado en la nación democrática de Chile. 5. El hecho de instigar y facilitar el genocidio en Timor Oriental. 6. La participación personal en un plan de secuestro y asesinato de un periodista residente en Washingtong D.C.".

El trabajo de Kissinger para Nixon comenzó cuando este todavía era candidato y los demócratas se sentaban en la mesa con vietnamitas del sur y del norte para llegar a unos acuerdos de paz. Kissinger (entre otros) convenció a los sudvietnamitas que debían entorpecer y retrasar las negociaciones ya que, un Presidente republicano mostraría más firmeza con los comunistas. Cuatro años más de guerra y un trabajo para Kissinger: "Fue lo que costó promover a Kissinger; promover a quien era un académico mediocre y oportunista al rango de potentado internacional. Las cualidades de su persona estaban allí desde el momento inaugural: la adulación y la duplicidad; el culto al poder y la falta de escrúpulos; el trueque vacío de antiguos amigos por nuevos no amigos. Y los efectos característicos también estaban presentes: los cadáveres sin contar y prescindibles; las mentiras oficiales y oficiosas sobre el coste; la intensa y pomposa pseudoindignación cuando se formulaban preguntas indeseadas. La carrera general de Kissinger comenzó tal como se proponía seguir. Corrompió la república y la democracia norteamericana y se cobró una cuota espantosa de víctimas en sociedades más vulnerables".
Un Kissinger al que se le podrían aplicar perfectamente los criterios de Nuremberg para los nazis, o más apropiadamente, los de Tokio, no lo dice solamente Hitchens. En 1971 el general Telford Taylor (fiscal principal en los procesos de Nuremberg): "habría una posibilidad muy grande de que conocieran el mismo final que Yamashita". Aunque resulte improbable, a ello responden en parte los discursos y escritos de Kissinger, donde, por un lado, habla de la necesidad de impresionar a los enemigos de Norteamérica pero, por el otro, no duda en humillar a su país explicando que ciertos hechos no los conocía o que no podía actuar de otra manera si no quería ofender a China: "Esto equivale a afirmar que Estados Unidos es pan comido para cualquier ambiciosa o irredenta república bananera".
Como en la cita del principio de esta reseña (que se encuentra al final de Juicio a Kissinger) la información de Hitchens apenas añade nada no conocido, sobre todo para los españoles en relación con Chile (también es un protagonista destacado, y no malparado, en El amigo americano de Charles T. Powell: reseña de este libro). Probablemente al lector de hoy le basta con otra cita, la que abre el libro, de Joseph Heller, autor de Trampa 22: "En la opinión conservadora de Gold, Kissinger no será recordado por la Historia como un Bismarck, un Metternich o un Castlereagh, sino como un odioso schlump que hizo la guerra de buena gana".

Tras la muerte de Hitchens en diciembre de 2011:
- Las obsesiones de un polemista, de Toni García.

PD. Para conocer el pensamiento de Hitchens, recomiendo Amor, pobreza y guerra (artículos y ensayos literarios) antes que Dios no existe (los dos, en bolsillo).





Votar esta anotación en Bitácoras.com

0 comentarios: