Del cine de Howard Hawks o de John Ford mucha veces se ha dicho que contaban con una "dirección invisible": había un autor detrás de la cámara pero no la necesidad de que el público lo supiera, como ocurre en la actualidad por ejemplo con el cine de Oliver Stone.
En Warrior (Gavin O'Connor, 2011), que dura 140 minutos, ocurre algo similar: difícil encontrar escena o plano donde se note la mano del director (a excepción de ese combate final y el juego de miradas entre los dos hermanos y el padre). Y también se nota la mano de Gavin O'Connor en la dirección de actores: de Joel Edgerton (Animal Kingdom y próximamente en El gran Gatsby) y Tom Hardy (Bronson, El topo y pronto en la nueva de Batman), los dos hermanos, y el padre: Nick Nolte, quien interpreta a un borracho en proceso de rehabilitación que escucha constantemente Moby Dick grabado en una cinta. Y es en la dosificación de Nick Nolte (le ha valido una candidatura al Oscar, pero como Jonah Hill en Moneyball -post anterior aquí- creo que ganará Christopher Plummer), donde el director muestra que sabe lo que hace y no permite que se robe la película. También en otra dosificación, la de datos que ofrece el guión sobre ese luchador que a la vez es profesor (con familia) y el otro, que fue a la guerra, y ha vuelto con un secreto de su instancia en Iraq. Un pasado que no necesitamos masticar, que se intuye más de lo que se habla de él.
Drama de artes marciales que trata antes del perdón que de las segundas oportunidades o la superación personal. Drama que corría el riesgo de convertirse en un telefilme pero que Gavin O'Connor sortea el riesgo como ya hiciera con El milagro (2004), que no es solamente una peli de Disney.
2 comentarios:
se estrenará en España, o la veo ya en VO, es que prefiero el cine, jejeje, gracias
Sin Oscar para Nick Nolte, como en tu ciudad no tengas una Filmoteca más al día que la de Murcia, no tendría yo muchas esperanzas de que la estrenaran.
Un saludo
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