jueves, 20 de diciembre de 2012

El Juan Carlos I de Paul Preston

Paul Preston (entrevista de Walter Opphenheimer al historiador) acaba de ampliar su biografía política del rey de España, Juan Carlos I. El Rey de un pueblo.


No sé si ha corregido algún capítulo a raíz de las últimas informaciones que se han publicado sobre el 23F (aunque en gran parte ya se hablaba de ellas desde la misma intentona). O si más bien ha ampliado los capítulos referentes a los últimos años de su vida: cuando Preston termina su libro ya han dimitido o ha forzado Juan Carlos la dimisión de sus más eficaces colaboradores que veían con preocupación su pasión por la velocidad, las mujeres y los amigos empresarios dudosos. En la versión que yo me he leído no ha saltado a la luz el escándalo de Urdangarín, el divorcio de Elena ni la boda del príncipe Felipe.
Aunque en alguan entrevista reciente (confesándose republicano) sostiene que, al existir durante tantos años un muro de silencio entorno a la Familia Real, escándalos que no lo son tanto se han magnificado. Aunque Juan Carlos debería recordarse todos los días el ejemplo de su antepasada, Isabel II.
El relato de Juan Carlos (creo) será el último en España que pueda revestirse como un relato de héroe. Un héroe que, como Ulises, se finge tonto ante el Dictador y que ya con confianza se cobra la víctima de su padre (tampoco un rey de los demócratas, o no durante gran parte de su vida, como no lo han querido presentar). Niño que nace en el exilio, con un padre que prefiere a su hermano (al que asesinará Juan Carlos en un infortunado accidente), que no duda en utilizarlo en moneda de cambio Don Juan para tener una mínima posibilidad de suceder a Franco, al que el Dictador quiere como un hijo pero políticamente no impide, al contrario, fomenta las críticas y alienta otras candidaturas...
¿Nació ya demócrata como pretenden algunos? ¿No lo ha sido nunca, como insisten otros? ¿Fue un proceso? ¿El motor del cambio? ¿Un parapeto donde se refugiaban los más intransigentes del Régimen?
Me parece que, en la obra de Paul Preston, queda claro que la obsesión, la vida de los Borbones, es el mantenimiento de la dinastía: "Designe rey de España. Ya son tres. Elija. Hágalo en vida. Si no, no habrá rey", le dijo la viuda de Alfonso XIII, Victoria Eugenia, a Franco. Entonces, para la realeza (salvo para los estúpidos) no se trata tanto de democracia o dictadura, sino cuál de las formas de gobierno existentes permite que sobreviva la Monarquía. Y para Juan Carlos I (y para su padre después de intentar luchar en la Guerra Civil al lado de Franco, criticarlo, arrastrarse ante él...) en la Europa en que juró fidelidad a los Principios del Movimiento Nacional se trataba de democracia.
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