viernes, 13 de diciembre de 2013

Las naciones oscuras: una historia del Tercer Mundo (de Vijay Prashad)

Conviene tener en cuenta la advertencia de Vijay Prashad en el primer capítulo (París) de Las naciones oscuras: una historia del Tercer Mundo: "esta parte del libro expone desde una perspectiva comprensiva con aquel proyecto la imagen que el Tercer Mundo tenía de sí mismo" y también la diferencia de punto de partida entre Primer y Segundo Mundo sostenida por Therborn que acepta: "un conflicto desigual librado como si fuera igualado redobla la desigualdad. La guerra fría fue una prolongada penalización para el socialismo".
Prashad que escribe desde una óptica socialista no ahorra los reproches al Segundo Mundo por ahogar el proyecto del Tercero, aunque la inmensa mayoría se dirigen tanto al Primer Mundo y sus políticas económicas (sobre todo en el capítulo Kingston) y las elites de los países tercermundistas (Singapur, La Meca). Aunque estos capítulos pertenecen a la última parte del libro, que lleva el expresivo título de Asesinatos.
"El Tercer Mundo no fue un lugar. Fue un proyecto...", así comienza Prashad su narración tras una cita de Frantz Fanon, un proyecto que contaría con dos innovaciones (podríamos llamarlas así) respecto a Europa: socialismo democrático y nacionalismo internacionalista. Proyecto que el historiador articula en conferencias internacionales y cumbres (Bruselas -febrero de 1927-, Bandung 1955 con el discurso de Sukarno, Brijuni, 1956 "fue el Yalta del Tercer Mundo"...) y personas (Sukarno, Nehru, Tito, Nasser, pero también el economista Raúl Presbich, mujeres hasta entonces sin derechos como las egipcias Sha`rawi y Nabaraui).Todo en la primera parte con el título de Búsqueda que acaba con el capítulo La Habana, donde se celebró la Conferencia Tricontinental en 1966, que supuso un cambio de líderes y "quienes habían pasado a hacerse cargo de la dinámica del Tercer Mundo como proyecto (dirigentes como Castro, el argelino Houari Boumédiène, el zambiano Kenneth Kaunda y el jamaicano Michael Manley) eran líderes que tenían muy poca paciencia con el Primer Mundo".
Vijay Prashad
La segunda parte Escollos comienza en Argel cuando en julio de 1962 expulsan los argelinos a los franceses y Ben Beda, uno de los fundadores del FLN, se convierte en presidente, se observa el cambio de actitud de un nacionalismo internacionalista al etnonacionalismo. Como en el caso de la India de Nehru, donde la guerra alentó el chovinismo y el gasto en armamento imposibilitó el desarrollo social. "La guerra sino-india de 1962 trastornó trágicamente la dinámica del movimiento no alineado y, por ende, la plataforma misma del Tercer Mundo. Continúa con el venezolano Pérez Alfonzo y la creación de la OPEP que, aun con su muestra de unidad en el embargo de 1973, fracasó. Termina esta parte en Arusha explicando lo que desarrollará en la última Asesinatos. Creadas a partir de una oleada de luchas, las nuevas naciones no reorganizaron las relaciones sociale sde forma efectiva ni alteraron la estructura estatal de tipo colonial que les había sido legada [...] La fuerza o los gobiernos militares pasaron a estar a la orden del día desde el momento mismo en que los regímenes del Tercer Mundo trataron de empujar a sus desmovilizadas poblaciones a hacer lo que tenían previsto para ellas [...] Pero pese a todo ello, el capital político del Tercer Mundo se mantuvo y el proyecto podría haber sobrevivido a sus propios escollos de no haber sido por el ataque frontal que sufrió en la década de 1970. La crisis de la deuda y la política de reorganización planetaria promovida por el Primer Mundo asesinaron al Tercero".
Asesinatos acaba con el capítulo La Meca, que cierra brillantemente el libro de Vijay Prashad, pero en el que cerrando en Afganistán vemos la mayor falla del libro; en la dinámica Primer Mundo y Tercer Mundo -o Primero y Segundo- lo que ocurre siempre es una reacción (de los marxistas afganos, de la URSS) producto de una acción previa de Occidente y sus aliados. (Al lector español y europeo le sorprenderá que, de pasada, incluya el bombardeo de Guernica en la guerra colonial. Para nosotros es el más fácil de los errores en detectar).
Por lo demás,como escribe en la Contraportada Inmanuel Wallerstein, este libro "es un instrumento esencial para repensar la Historia del Tercer Mundo y construir un programa político viable en nuestro tiempo".
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