martes, 28 de abril de 2015

Sin duda un amplio mercado para Ciudadanos Región de Murcia si despeja las dudas que crea su candidato

Edificio Moneo
Ciudadanos, a diferencia de Podemos, no se juega la mayoría de sus bazas en las elecciones generales, por lo que en éstas autonómicas y  municipales tratará menos de obtener un gran resultado que de no malgastar el capital del que dispone Albert Rivera.
Resulta comprensible que no quiera, por tanto, que las decisiones que tomen ahora sus candidatos autonómicos lastren sus posibilidades futuras.

Me sorprendió (es el único partido cuyos votantes se muestran dispuestos a pactar casi por igual tanto con PSOE como con PP) y lo alababa en un artículo la valentía de Ciudadanos Región de Murcia cuando supe que iba a firmar el conocido como Pacto del Moneo.
Horas antes de la firma, el candidato Miguel Sánchez se echa atrás: en ese preciso momento descubre que es excluyente, que no se invitó al Partido Popular. Quizá ahí pecaron los promotores del mismo de ingenuidad: los dos primeros puntos del Pacto del Moneo bien pudiera haberlos firmado Pedro Antonio Sánchez (aunque hasta la fecha el PP no se había mostrado interesado); el tercero nunca: sería lo mismo para el Partido Popular que disolverse.
¿Resulta creíble que Miguel Sánchez desconociera que no se invitó al PP a firmar el pacto? Perjudicaría al candidato, después de una semana negra, que, tras un mes de conversaciones, lo supiera un día antes.
¿No lo consultó antes con Albert Rivera, quien, ante el caso murciano y balear, ya ha advertido que será la dirección autonómica quien autorice los pactos? Si no lo consultó, existe una desconexión preocupante en Ciudadanos que lo asemejaría a esos partidos que, con razón, critica (los que hablando, por ejemplo, del agua, una cosa dicen en Murcia y otra en Castilla o en Aragón); si lo consultó, cabe lamentar la poca capacidad de convicción del candidato caravaqueño.
Los dos primeros puntos pretenden que un voto valga lo mismo en Cehegín que en Cartagena y que el ciudadano pueda ser copartícipe de las decisiones que afectan a su vida; el tercero es cuestión de higiene democrática, una exigencia también para la mayoría de votantes del PP. Aunque sin firmar el pacto, ya ha advertido Miguel Sánchez que no dará su voto a un partido con imputados, y lo más probable, en caso de no obtener la mayoría, es que Pedro Antonio Sánchez (o Pedro Antonio, como él prefiere, o quien le lleva la campaña) se deshaga de sus imputados y que Ciudadanos le permita gobernar... una vez se conozcan los resultados de las elecciones generales.
El ascenso de Ciudadanos parece irrefrenable  (Podemos en cambio da síntomas de decaer); pero el camino de aquí a las elecciones generales puede hacérsele muy largo. Aunque el partido trata de proteger la marca con un código de buenas conductas, comienzan a conocerse casos de xenófobos, falangistas, imputados..., como ha denunciado Público). Nutrido de personas alejadas hasta la fecha de la política, su expansión conlleva la necesidad de alimentarse también de antiguos cuadros o miembros del Partido Popular y de UPyD. Lo que en el caso murciano ha supuesto inexperiencia (e incluso incapacidad) y conflictos internos. Nada diferente a la de los partidos tradicionales (el Partido Popular, que lo ve como su rival, ha olido la sangre y ha llenado twitter de comentarios burlones  -tras la indiferencia, la burla es el mayor desprecio- sobre el candidato de Ciudadanos, Miguel Sánchez), pero hasta anteayer Podemos y Ciudadanos se vendían como algo diferente. Mejor.
Ciudadanos Región de Murcia tiene un amplio mercado de votos: en una Región donde el PP es mayoría, nos ofrece una versión liberal suya, con menos impuestos, atajando la corrupción, sin favores a los amigos y, por supuesto, sin Pedro Antonio (Sánchez) y sin Ramón Luis Valcárcel. Prometedor sin duda si despeja las dudas que en cada intervención crea su candidato regional.



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