En Caravaca de la Cruz, el alto número de perros abandonados puede convertirse en un problema para la salud pública.
El lunes, por ejemplo, bajaban una manada de siete (en la foto tan solo se ven seis) desde El Salvador hasta la Glorieta. Los lunes en Caravaca es día de mercado. Mercado al aire libre, transmisión de enfermedades. Aunque cualqueir mañana no extraña ya ver las bolsas de los contenedores rotas y la basura esparcida. Y el fin de semana pasado las calles estaban llenas de excrementos, una fuente de enfermedades sobre todo si no están desparasitados. Aunque dada la falta de concienciación de muchos dueños a pesar de las
reiteradas campañas, tampoco es seguro que los más sean de perros
abandonados. Pero probablemente este dueño irresponsable sea el que más
tarde abandone a su perro. Y luego están las posibles mordeduras. O los perros asalvajados que desaparecieron de nuestros campos y hoy vuelven a la Vía Verde o al paraje de las fuentes.
Un problema para la población, sin olvidar las condiciones de los animales: falta de alimento y abrigo, maltrato, atropello...
Hace un par de legislaturas quedó en nada un refugio para perros abandonados en el término municipal de Moratalla, un proyecto compartido por el Ayuntamiento de esta localidad y el de Caravaca. Ciudadanos recientemente ha apostado por retomar esta idea y crear un albergue comarcal. En Caravaca el Grupo Municipal de Izquierda Unida preguntará en pleno sobre el contrato que mantiene el Ayuntamiento con una empresa antes de presentar su propuesta. En Bullas, donde parece que existe mayor conciencia animalista, se ha creado una asociación formada por voluntarios. ¿Suplir una asociación privada y pequeña a las autoridades municipales? Parece difícil, aunque quizá a corto plazo sea una opción (con dinero público), toda vez que las empresas que contratan los ayuntamientos terminan por matarlos. Su trabajo no es encontrarles un hogar. Así que, o perros vagabundeando por las calles o perros exterminados. O ambas cosas.
A la larga solo la educación (y las sanciones), la agitación en redes sociales y la esterilización masiva puede ser la solución. Pronto presentarán sus propuestas algunos grupos políticos, espero que no sea necesario que se difunda la noticia de un niño mordido o que aparezca la foto en redes sociales de un perro apaleado en nuestros caminos para que la ciudadanía obligue a los partidos a que coloquen a los perros abandonados en las primeras posiciones de su agenda política.
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