Desconocía Coriolano de Shakespeare, obra que, en la versión cinematográfico de Ralph Fiennes, desprecia al pueblo, convertido en una masa voluble, y en la que la homosexualidad y el incesto se insinúan. Imagino ese desprecio al pueblo quizá le quitara público y de ahí que no exista ninguna (o yo la desconozco también) otra película anterior en la línea de las que podían hacer Orson Welles o Laurence Olivier. Y, por lo menos, nuevamente en la versión de Ralph Fiennes se mueve entre el drama (de una pieza: los personajes no avanzan) y una suerte de parodia de las elecciones y el cómo halagar al pueblo (la manipulación de las masas): cuando Coriolano pide los votos en la plaza.
Como ya hiciera Richard Loncraine en su excelente Ricardo III, Fiennes y su guionista John Logan (Gladiator, Skyfall, El último samurai...) aciertan al traerse la trama a la actualidad y también en la mayor parte del metraje en mantener a los actores en su interpretación en un punto intermedio entre lo que sería una actuación para teatro o para cine. Funciona salvo excepciones: Vanessa Redgrave (como la madre del protagonista) chilla demasiado. O la primera secuencia donde se encuentra reunido el pueblo. En el reparto destaca Jessica Chastain en un papel secundario y además en segundo plano: en una obra que todos hablan mucho ella apenas habla. Pero sobre todo Coriolanus es la interpretación de Ralph Fiennes: esos ojos enfebrecidos en la que me parece la mejor interpretación de su carrera.
PD. No me gusta el final, pero si lo escribió así el Bardo...
0 comentarios:
Publicar un comentario